En un momento marcado por fuertes tensiones comerciales entre las grandes potencias, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cerrado una visita oficial a China que busca consolidar a España como un socio estratégico de referencia en la Unión Europea. Durante su encuentro con el presidente chino, Xi Jinping, Sánchez ha subrayado que la política exterior española “no va contra nadie” y ha apostado por un enfoque cooperativo basado en “el diálogo, la reciprocidad y la armonía”.
Esta visita convierte a Sánchez en el primer líder internacional en pisar suelo chino tras el estallido de la nueva guerra arancelaria entre Estados Unidos y el gigante asiático. Mientras Washington impone aranceles de hasta el 145% a productos chinos, Pekín ha respondido elevando sus propios gravámenes a EE.UU. hasta el 125%. En medio de este pulso, España busca un espacio de entendimiento y equilibrio.
Un viaje con peso europeo
Desde el corazón político de Pekín, Sánchez ha querido dejar claro que España actúa como parte de una Europa comprometida con el multilateralismo: “España es profundamente europeísta y considera a China un socio estratégico para la Unión Europea”, ha declarado. Asimismo, ha insistido en que tanto España como la UE tienen un déficit comercial con China que debe corregirse “de forma negociada y constructiva”.
El presidente del Gobierno ha defendido la necesidad de unas relaciones “más equilibradas” con el país asiático, sin renunciar a abordar diferencias comerciales. En esta línea, ha asegurado que la visita ha sido previamente comunicada a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y que responde a una política “coherente con los valores e intereses europeos”.
Xi Jinping pide unidad frente a la “intimidación unilateral”
Por su parte, el presidente Xi ha reclamado a Sánchez y a Europa que se opongan a las “prácticas intimidatorias unilaterales” y ha defendido que “la cooperación y el multilateralismo son esenciales para la paz y el desarrollo mundial”. En palabras del líder chino, la relación con España adquiere especial relevancia en un contexto internacional “turbulento”.
El presidente asiático ha elogiado el compromiso de Sánchez, quien ha visitado China tres veces en menos de dos años, como señal de la importancia que Madrid otorga a Pekín. Ambos mandatarios han apostado por impulsar sectores como el turismo, la cultura, la ciencia y la educación, así como la enseñanza mutua del español y el chino.
Acuerdos comerciales en sectores clave
El viaje también ha dejado acuerdos tangibles. España y China han firmado convenios para facilitar las exportaciones de productos como medicamentos, cosméticos, cerezas y porcino, este último en un momento en que el país asiático investiga presunta competencia desleal de la carne porcina europea.
Además, Sánchez ha mantenido encuentros con representantes de empresas líderes en automoción, vehículos eléctricos y energías renovables, entre ellos los presidentes de Chery y Leapmotor, y el CEO de Envision. La visita también ha contado con la participación de los ministros de Asuntos Exteriores y de Agricultura, José Manuel Albares y Luis Planas, reforzando el carácter estratégico y económico de la misión.
“España no va contra nadie”
Ante las críticas del Partido Popular sobre el posible deterioro de relaciones con EE.UU., Sánchez ha respondido con un mensaje claro: “España no va contra nadie, va a favor del entendimiento entre naciones”. Y ha llamado a la oposición a “anteponer el interés general y la altura de Estado”.
Finalmente, el presidente ha subrayado que “el mundo necesita que China y Estados Unidos hablen” y ha pedido a Bruselas que se relacione con Washington “en pie de igualdad” para lograr acuerdos comerciales beneficiosos para ambas partes.