Hipócrates
Tras casi 6 años de presidente, con 3 consejeros de salud, 4 gerentes del SAS y una caterva de directivos mediocres en todos los centros, Juanma Moreno se ha empleado a fondo para cargarse la sanidad pública andaluza, la que otrora fue la joya de la corona de Andalucía.
Ya empezó con mal pie, cesando a todos los directivos de los centros porque “había que cambiar las caras”. Tremenda falta de respeto a profesionales de perfil técnico, sin vínculos políticos, pero que había que echarlos porque el SAS estaba “muy politizado”. Craso error, se desprendió de un gran valor que tenía el SAS, profesionales comprometidos, con una sólida formación, dilatada experiencia en gestión y probados buenos resultados.
Si hubiera sido capaz de sustituirlos por otros similares o mejores, pues podría haber tenido su oportunidad, pero aquí cometió su segundo error, más grave aún si cabe: montar un equipo de directivos que, en palabras del propio Jesús Aguirre, su primer consejero de salud, “en tres días ya teníamos montado el staff de la consejería, todos amigos míos”.
Y tanto que serían sus amigos, no me cabe duda alguna. Pandilla de amigos incompetentes, con nula formación y experiencia en gestión, cuya mejor carta de presentación era su pertenencia al PP. Compruébenlo revisando sus currículos, plagados de concejales y cargos de confianza del partido. Juanma Moreno, que vino a “despolitizar” la sanidad andaluza, pasará a la historia como el presidente que más la politizó, y así le está yendo.
Con esos mimbres, no es de extrañar que la sanidad pública andaluza vaya como va. ¿Pensaban que sólo era cuestión de dinero? Tercer error. El dinero es necesario, sin duda, pero la clave está en saber gestionarlo para que realmente trascienda en una atención sanitaria de calidad para los ciudadanos, pero de gestionar, con sus “amigos”, poco o nada saben. Y si además, gran parte de ese dinero va a la sanidad privada, ante la incapacidad de usar adecuadamente los recursos públicos, pues peor es el panorama.
¿Qué otra explicación tiene que, con el mayor presupuesto económico de la historia del SAS, tengamos también las mayores listas de espera en nuestros hospitales, encabezando la lista de los peores indicadores a nivel nacional? Lástima de recursos malgastados.
¿Y de nuestra Atención Primaria, qué ha sido de ella?
Aquellos tiempos en los que un ciudadano necesitaba ver a su médico de familia y le atendía en el día, o al día siguiente, si no era urgente … ¿dónde quedó?
Después de años con el Señor Moreno y sus “amigos” tardando 2 semanas en poder ver a su médico de familia, ahora nuestro ilustrado Presidente anuncia que “la sanidad andaluza dará respuesta antes de las 72 horas a los andaluces que no consigan cita en los centros de salud”.
El titular suena estupendo, pero leamos la letra pequeña: “aunque sea con un médico de familia que no es el suyo, dentro de su propio distrito o que le resuelva la consulta de manera telefónica un médico de otro distrito sanitario o de otra provincia que tenga disponibilidad”.
Señor Moreno Bonilla, ¿piensa que los andaluces somos tontos? ¿Se queda tan pancho ante este insulto a nuestra inteligencia? Veo que no tiene ni idea de lo que es la Atención Primaria, que ahora trataré de explicárselo, pero tampoco me sorprende teniendo en cuenta los ineptos “amigos” que le asesoran (o lo hunden aún más en la miseria, sanitariamente hablando).
Señor Moreno Bonilla, cuando un ciudadano acude a su Médico de Familia, acude a su médico de confianza, el que conoce su historia de salud, el que le atiende desde hace muchos años y le tranquiliza sólo con verlo y escuchar su voz. ¿Pretende sustituir esto por escuchar a los tres días al otro lado de la línea telefónica a un desconocido doctor o doctora que trabaja a 400 Km de donde vive? ¿Esta es su mejor oferta para mejorar la Atención Primaria?
Parece que usted promueve ahora un ejército de médicos de familia movilizados para ambulatorizarlos (si, volver a los antiguos ambulatorios de la Seguridad Social), para que trabajen a destajo sentados en la consulta o atendiendo al teléfono sus siete horas de trabajo habituales, más las horas extras que se les exige. Y además de la consulta a demanda, para “apagar fuegos”, ¿dónde deja usted las principales actividades que forman parte de la esencia de la Atención Primaria? ¿Qué tiempo van a poder dedicar los médicos de familia a las actividades de promoción de la salud, prevención de enfermedades, programas específicos de atención a crónicos o al área de la mujer? ¿Qué tiempo tendrán para la imprescindible atención domiciliaria de esa cada vez mayor población envejecida que no puede salir de sus casas? Todo eso sin hablar del tiempo que los profesionales sanitarios deberían dedicar a la formación interna y reciclaje, investigación, etc. De eso, evidentemente, nos olvidamos.
Pero lo que más duele es que encima tenga la poca vergüenza de culpar a los médicos de familia diciendo que “en algunos sitios se reservaba hasta el 50% de citas para atender posibles imprevistos, ante lo que ha aseverado que, a partir de ahora, sólo se podrá reservar un máximo del 7% de las citas para esos imprevistos”.
Esto es lo más mezquino que puede hacer, atacar a los profesionales sanitarios que, a pesar de la incompetencia de los gestores, tratan de sacar día a día, de la mejor forma que saben, lo mejor de ellos para atender a todos los andaluces y andaluzas que les da tiempo material de hacerlo. Todas las categorías profesionales de Hospitales y Atención Primaria se dejan la piel en hacer bien su trabajo, a pesar de los obstáculos que le ponen diariamente.
Algo muy gordo estará pasando cuando se está produciendo la cuadratura del círculo. Ha conseguido cabrear a la vez a los ciudadanos, que asisten atónitos a la peor atención que recuerdan en sus hospitales y centros de salud, a los profesionales, que se sienten cada vez menos apoyados y reconocidos, recortándoles sus derechos, sin entrar en la humillación de esos contratos mes a mes (no se queje después de que no hay profesionales en Andalucía: lo que no hay, son mártires), y como no, a los representantes sindicales, a todos ellos, a los de carácter profesional y a los de clases, por lo que no cabe la opción de que se trate de una maniobra política en contra suya. Este es el cóctel explosivo más peligroso que se puede mezclar.
Se quejará luego de que estén aumentando las agresiones a los profesionales sanitarios. Qué desfachatez!
Enhorabuena, señor Moreno Bonilla. Afortunadamente, creo que no nos veremos en la próxima legislatura