Se han cumplido 5 años desde que Moreno Bonilla llegó a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Pronto llevará en el cargo tanto tiempo como lo estuvo la socialista Susana Díaz.
Esto conlleva dos consecuencias: la primera, que seguir apelando a la “herencia recibida” de los socialistas, para tapar sus problemas de gestión es una excusa de ¨mal pagador”; Moreno Bonilla lleva gestionando Andalucía desde el 2019.
La segunda, que cada vez se le conoce más y la gente empieza a ser consciente de que detrás del “Juanma de las buenas formas” se esconde el Moreno Bonilla del cinismo, de la incompetencia y de los privilegios.
Cinismo. Uno en política es lo que hace y no lo que dice y el cinismo de Moreno Bonilla queda de manifiesto en la enorme distancia que hay entre lo que dice y lo que en realidad hace.
Presume permanentemente de diálogo, pero ejerce con mano férrea la mayoría absoluta que obtuvo en las últimas elecciones andaluzas. La tramitación de los últimos dos últimos presupuestos son un buen ejemplo de imposición y no diálogo. Habla de acuerdos, pero no deja de confrontar.
Llegó a la Presidencia de la Junta prometiendo que suprimiría el gasto superfluo, la “grasa” de la administración andaluza decía, y sin embargo ese gasto se ha incrementado un 84.7% en sus 5 años de mandato.
También prometió que reduciría el gasto en altos cargos y no sólo resulta que ahora tiene más altos cargos de los que había en 2018, sino que en estos días hemos conocido que se ha incrementado su sueldo como presidente más de un 20%. El mismo Moreno Bonilla que se oponía al incremento del Salario Mínimo por los graves perjuicios que se derivarían de ello, no tiene pudor alguno en subirse escandalosamente el sueldo.
Incompetencia. Si algo viene caracterizando la gestión de Moreno Bonilla, especialmente en esta segunda legislatura, es su incompetencia. Miren por donde miren podrán ver ejemplos de ello que los ciudadanos andaluces sufren y padecen.
Sin duda el destrozo en la Sanidad es lo más evidente y relevante. Listas de espera históricas, una atención primaria abandonada, centros sanitarios cerrados… Eso sí, continúa con las falsas promesas y con una Consejera de Salud que sigue manifestando que “el sistema funciona muy bien” al tiempo que le dimiten el Viceconsejero y el Gerente del SAS.
Pero no es solo la Sanidad: la falta de ejecución de los presupuestos por encima de un 70%, el bono alquiler joven que la Junta es incapaz de resolver, las ayudas para gasto energético destinadas a autónomos y empresas de las que se han repartido menos del 20 %, como ya ocurrió con el fondo COVID, que se devolvió al estado un tercio sin ejecutar o la falta de ejecución de más de 1.000 millones de euros en obras para paliar los efectos de la sequía. Y podríamos seguir con un largo etcétera que las limitaciones de este artículo nos impiden.
Sin ninguna duda podemos afirmar que estamos ante el gobierno más incompetente de la historia de Andalucía.
Privilegios. Finalmente, cada vez resulta más patente que las políticas de Moreno Bonilla se orientan en favor de una Andalucía privilegiada.
Los regalos fiscales que dejan más de 1.000 millones, pero sólo en los bolsillos de aquellos que más tienen o el recurso (ya desestimado por el Constitucional) contra el impuesto temporal a las grandes fortunas, ponen de manifiesto a quién protege Moreno Bonilla. Porque eso sí, cuando hay que recuperar algún ingreso, se recupera el canon del agua que todos los andaluces tenemos que pagar con independencia de los ingresos.
Al igual que la política de privatizaciones. La hoja de ruta es clara: se deterioran los servicios públicos generando un enorme espacio de negocio para las iniciativas privadas. El plan de choque contra las listas de espera no se hace reforzando la sanidad pública andaluza sino destinando 700 millones de euros a conciertos con la privada. Casualidades de la vida, 700 millones es también la cifra que Moreno Bonilla recortó, sin pestañear, a la dependencia en Andalucía cuando fue Secretario de Estado de Asuntos Sociales.
Todo ello envuelto en un gasto histórico en publicidad institucional para presentar una Andalucía muy alejada de la realidad: 38 millones de una campaña publicitaria de turismo, 24 millones en los Grammy, 12 millones en la Copa Davis, más de 3 millones en patrocinar partidos de la NBA…
¿Qué Andalucía tiene Moreno Bonilla en la cabeza? ¿Cuáles son sus prioridades?
Piénsenlo. Creo no equivocarme que entre las prioridades de Moreno Bonilla no parecen estar las de la mayoría de andaluces.
Josele Aguilar Román
Portavoz Presidencia GP Socialista