Creo que la estrategia articulada por Vox tiene bastante profundidad y definición para singularizar con inusitada definición sus postulados ideológicos. La no consideración de esta moción de censura, y como referente Ramón Tamames, está dirigida esencialmente en la fidelización del voto de la ultraderecha frente a la derecha clásica, considerada pusilánime por Abascal, que representa el Partido Popular y en concreto Feijóo. Todas y cada una de las encuestas electorales realizadas en nuestro país determinan, con claridad, que los votantes de Vox repetirían. Por ello, creo que esta moción de censura tiene mayor calado y profundidad de lo que algunos periodistas y políticos consideran.
El documental ‘El Gran Manipulador‘ realizado por Klayman, provocó que el grupo de investigación al que pertenezco y donde participan sociólogos y politólogos de toda Europa (‘Prometheus’) nos fijáramos con estupor en los libros de cabecera de Steve Bannon. Entre ellos se encuentran: ‘The 9/11 WARC de Jackson Burger’, ‘La llegada del Tercer Reich’ de Richard J. Evans y ¡Day of GUB’ de J. Bucha.
Teniendo como claves la construcción y la conformación de su ideología, como primer exponente: apelar al horror de lo acontecido para provocar el terror de lo que pueda suceder. Es decir, un populismo manipulador que gracias a distintas mentiras repetidas y aprendidas por diferentes voceros mediáticos y las redes sociales intentan convertir en realidad.
Mentiras engullidas por una ciudadanía líquida que absorbe todas y cada una de las informaciones tóxicas sin reservas. En ese ‘paquete ideológico’ encajan ciudadanos de diferentes perfiles económicos, sociales, formativos… donde su frontispicio informativo son los realitys shows, las redes sociales y los cotilleos de vecindario. A todo eso sumamos los medios de comunicación y sectores eclesiásticos ultras para seguir aderezando la confrontación, el desconcierto y la confusión.
Ramón Tamames, economista, historiador, político, excomunista posteriormente del CDS y de Suárez, etc, hasta llegar hoy a Vox, eso sí que es una transición que termina en un clamoroso esperpento.
Mi amigo y compañero Antonio Herrera, secretario general de Comisiones Obreras de Andalucía, decía que en política se puede hacer de todo menos el ridículo. Pero creo que Tamames participa de todo este conjuro de necios claramente identificado por ser parte de ese hemisferio de la ultraderecha que se ha organizado claramente para ir posicionándose para las elecciones autonómicas y municipales.
Esta apuesta de manera evidente por la consolidación de lo que se ha definido en la extrema derecha europea, lo que Bannon definió como “el movimiento” que pretende instaurar un sistema político cristiano y conservador que sitúe a la Inmigración como su principal enemigo.
La historia es cíclica y la intolerancia ya está instalada en Europa, las relaciones que Bannon tiene con Vox y con toda la extrema derecha europea son muchas y profundas, desde su financiación, la creación y promoción de empresas, su articulación y estructuras paralelas al estado y evidentemente fundaciones. Fundaciones, y muchas fundaciones…
Cómo entender que una persona como Santiago Abascal incapaz de contestar a medidas concretas en lo económico o en lo social, por citar algunas, puede llegar a ser la tercera fuerza en el Congreso de los Diputados de España. Este es el populismo, mensajes desde las tripas y el terror claramente sesgados, el conservadurismo de postal y banderita en la muñeca.
Y ahora viene su segundo concepto: el Nacionalismo Económico, Trump y Le Pen repetían insaciablemente no importa tu género, religión o identidad sexual, porque lo importante es tu nacionalidad, mienten profundamente, pero muchos caen, no imagináis cuanto, pues claro que le importa, hombre o mujer, le importa el color de tu piel, la religión, el tipo de matrimonio, lo incomprensible es que siendo toda esta realidad para Bannon, la extrema derecha y Vox que promueven el odio y la ira como elementos claves, haya muchos sectores sociales de distintos tipos e incluso de organizaciones transversales que terminan de manera contradictoria apoyando ideológicamente todo esto.
El PP de Feijóo no imagina que sus únicos aliados para gobernar tienen claramente definida su estrategia de consolidación, de exigencia para garantizar su electorado y posteriormente estar presente en todas y cada una de las administraciones, de las instituciones, en el cogobierno con el Partido Popular, ellos apuestan claramente para sustituirlos como lo han hecho en diferentes países europeos, y eso el ‘Little Bighorn’ de Feijóo es incapaz de verlo. Vox sabe que es el único partido que puede garantizarle la gobernabilidad en diferentes administraciones y comunidades, así como en distintos ayuntamientos, es Vox la que lleva la vara de mando y Feijóo no lo ha visto aún, también Vox será fundamental para las Generales para el posible gobierno que pueda tener el Partido Popular y Feijóo parece no verlo.
En el Little Bighorn de Custer parte de su familia murió, parte de la dirección del Partido Popular está en sus menesteres y el último ha sido Teodoro, creo que la puerta estará abierta de par en par y la portera será la señora Ayuso.
Blas Ballesteros Sastre
Politólogo y Abogado