El standby político en el que el país ha permanecido desde el pasado 23 de julio, cuando tuvieron lugar las decimosextas elecciones generales de la democracia, finalizó esta semana con la investidura del candidato Sánchez.
El proceso para la conformación del futuro ejecutivo adquiere ritmo de normalidad de forma paralela a las concentraciones contra la amnistía que aún tienen lugar. El ayer candidato es hoy presidente del Gobierno de España tras prometer su cargo ante el rey Felipe VI.
Los próximos pasos, que tendrán mucho que ver con los perfiles, caras y nombres del nuevo equipo, son de gran relevancia pues condicionarán el carácter del futuro gobierno. Si la tensión estos meses atrás ha recaído mayormente sobre el PSOE, hoy con un líder nuevamente reforzado no parece que sea este partido el que afronte un futuro inmediato con demasiadas presiones internas, ni territoriales ni orgánicas. La presión le vendrá dada de forma indirecta, en gran parte, por las negociaciones que de hecho ya tienen lugar con su socio de gobierno SUMAR, condicionado a su vez por Podemos y por el resto de los partidos que conforman este espacio político.
Por el momento, lo que sí parece responder a información fiable es que el nuevo ejecutivo tendrá un profundo carácter político, aunque en el área económica será difícil prescindir del marcado perfil técnico con que cuenta en la actualidad.
Ha sido recurrente estos años atrás la comparación entre Pedro Sánchez y el expresidente Rodríguez Zapatero por diversas cuestiones entre las que destaca la apuesta por la igualdad y la confianza depositada en mujeres para la dirección de importantes carteras. Esta línea se consolidaría con cuatro vicepresidencias ocupadas por mujeres, pudiendo ser Teresa Ribera nombrada al frente de la vicepresidencia primera.
Las quinielas son muchas y los planteamientos que están sobre la mesa podrían variar a medida que las negociaciones avanzan, pero de confirmarse esta información, la que hoy representa uno de los pilares fundamentales para el presidente se consolidaría y, con ella, posiblemente su equipo, entre quienes han destacado el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán y su hombre fuerte en Andalucía, Joaquín Páez.
Cabe recordar que uno de los asuntos más controvertidos, que alcanzó incluso proyección internacional, fue la propuesta del Partido Popular andaluz sobre la ampliación de las hectáreas de regadío en la zona de Doñana, mencionado expresamente por el candidato Sánchez en su discurso de investidura. Y fue Páez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, quien desde un primer momento alzó la voz para impedir el avance de la propuesta de ley ante el silencio de su propio partido en Andalucía. Sus gestiones, finalmente, han concluido positivamente, llegando a propiciar el encuentro y la negociación que actualmente tiene lugar entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España.
Las quinielas también apuestan por la consolidación de ministros y ministras del anterior ejecutivo como Nadia Calviño, Mª Jesús Montero, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, José Luis Escrivá, José Manuel Albares, Miquel Iceta y Félix Bolaños. Pudiendo ocupar algunos de ellos nuevas carteras, como podría se el caso de Iceta y Bolaños. Este último podría pasar a Justicia.
Entre las nuevas caras socialistas se barajarían perfiles como el de Óscar López y Ximo Puig. En cualquiera de los casos, el presidente contaría con plena libertad para elegir a su equipo, algo que no resulta extraño dada la pérdida de poder territorial de este partido en las citas electorales previas. Incluso el territorio que tanto ha influido históricamente en la toma de decisiones, Andalucía, en este momento se encuentra aún en proceso de recuperar músculo.
Orgánicamente, Santos Cerdán saldría muy fortalecido por su reciente papel de indudable éxito al frente de la interlocución, mediación y negociación con los partidos independentistas de Cataluña. A su vez, el andaluz Gómez de Célis, hombre de confianza del presidente desde su primera andadura al frente del PSOE cuando apenas contaba con apoyos en el sur y el secretario general jienense, Francisco Reyes, pasarían a consolidarse como referentes andaluces de máxima confianza en Madrid.
La situación, como ya mencionábamos con anterioridad, sería algo distinta para los socios de gobierno, pues no gozaría de la misma libertad para decidir perfiles ministrables el espacio político SUMAR. Abocado a una difícil negociación en el seno de su confluencia, deberá evitar futuros riesgos para la estabilidad de un gobierno al que no le faltarán desequilibrios.
Entre los nombres que han trascendido, al margen de Yolanda Díaz, estarían Mónica García para la cartera de Sanidad, Sira Rego, Ada Colau, Pablo Bustinduy o Ione Belarra. En ningún caso parece que las presiones de Podemos por mantener a Irene Montero en el gobierno puedan prosperar, aún tras el rechazo ante la propuesta de SUMAR con Nacho Álvarez como alternativa.
Quedan por delante horas de intensas negociaciones y no será hasta los primeros días de la semana próxima cuando las informaciones cruzadas de uno y otro lado terminen por confirmarse o sean descartadas.