A medida que avanzaba la jornada de ayer, las sedes del PSOE ubicadas en los distintos barrios y municipios se iban activando. Llegado el mediodía ya se podía asistir a animados debates y conversaciones entre amigos, familiares o simples compañeros que acudían, voto en mano, para participar en una nueva convocatoria de consulta a la militancia. Aún faltarían horas para que los datos, cautelosamente controlados por Ferraz, arrojasen como resultado una participación del 63,41% y un apoyo del 87,13% a favor de la consulta.
Aunque no es la primera vez que el PSOE somete alguna decisión a la opinión de sus bases, sí se trataría de uno de los momentos más relevantes para un partido con amplia tradición de democracia interna, según coincidían en manifestar gran parte de los dirigentes de la federación andaluza, históricamente la de mayor peso a nivel nacional. Esta federación ha sido una de las que mayor apoyo ha mostrado, con una participación del 65,52% y un apoyo del 88,28%.
Finalizado el periodo de voto telemático el pasado viernes, los afiliados pudieron ejercer su derecho al voto presencial. Para ello se habilitaron distintos horarios acordes al volumen del censo, siendo las 20.00 horas la del cierre de las urnas en las agrupaciones locales de mayor tamaño.
Fue el caso de la ubicada en la céntrica calle Sol de Sevilla, de las mayores de toda Andalucía que, con algo más de 300 afiliados y militantes, abría sus puertas con un tercio de los votos ya emitidos de forma telemática. Se trata, además, de una agrupación de referencia por contar con destacados dirigentes y cargos socialistas entre sus bases. La jornada se iniciaba allí con la incógnita de si uno de los máximos referentes de este partido, Alfonso Guerra, acudiría a votar de forma presencial, cosa que no ocurrió.
En plena polémica generada por la necesidad de pactar con los partidos independentistas de Cataluña, Esquerra y Junts para conformar gobierno y sin concluir aún la negociación de la futura Ley de Amnistía, el Partido Socialista no hacía referencia directa en la consulta a estas cuestiones, pero estaban de forma implícita muy presentes.
Una de las primeras en acudir a votar fue la europarlamentaria Lina Gálvez quien, en declaraciones a este diario, afirmaba que desde Europa se observa con expectación la situación de España y existe esperanza en un nuevo gobierno de Pedro Sánchez, uno de líderes que ha demostrado mayor capacidad para poner freno al resurgir de la ultraderecha.
Por su parte, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, acudía sobre las 13,00 horas a la sede de Nervión-San Pablo acompañado de su familia, manifestando abiertamente su voto positivo a la consulta. Así mismo, mostraba satisfacción por una participación bastante óptima de la que esperaba un sí muy mayoritario. «Esto, que supondrá un espaldarazo a un gobierno que apuesta por la convivencia entre territorios en general y, particularmente, entre España y Cataluña, zanjaría el conflicto que se produjo en 2017 bajo un gobierno del Partido Popular».
Preguntado por la posición crítica de los populares en Andalucía muy movilizados contra los posibles acuerdos con el independentismo catalán, Gómez de Celis afirmaba que no se trata de algo nuevo, sino que responde a un episodio más de los que el Partido Socialista viene sufriendo a lo largo de la democracia: “El Partido Popular cuando está en la oposición se guía por el principio de `cuanto peor, mejor´. Si Felipe González llegaba a acuerdos con los partidos catalanes, se rompía el país. Si esto mismo ocurría con Rajoy como presidente del Gobierno, llegando este a ceder competencias y financiación, lo hacía por salvar España. Si Aznar negociaba con ETA, estaba llegando a acuerdos con el ´movimiento de liberación vasco´, si esto ocurría con Zapatero, se estaba traicionando a las víctimas. Se trata de una actitud dañina que pretende incendiar las calles y, desde luego, poco coherente con los principios democráticos.”
El dirigente socialista finalizaba sus declaraciones afirmando que lo que ayer se votaba tenía que ver con las políticas de progreso, el avance en los derechos para los trabajadores y trabajadoras y reparaba concretamente en el dato conocido estos días sobre el máximo histórico en número de mujeres trabajadoras: “Hemos impulsado políticas muy positivas para la igualdad. La subida del SMI, por ejemplo, tiene un importante impacto sobre las mujeres que son el 70% de quienes lo perciben, también la equiparación de permisos de paternidad y maternidad, un tipo de contratación más digna … En definitiva, se ha avanzado cuantitativa y también cualitativamente».
El jienense Francisco Reyes, al frente del que sigue siendo el feudo del socialismo andaluz, habría optado por el voto online. También lo hicieron otros dirigentes provinciales como el granadino José Entrena, el gaditano Juan Carlos Ruiz Boix y el sevillano Javier Fernández.
La votación presencial en urnas fue, sin embargo, la formula elegida por la secretaria general de los socialistas onubenses, María Eugenia Limón y la cordobesa Rafi Crespín, que acudió acompañada del ministro en funciones Luis Planas. También la del secretario general de la federación malagueña, Daniel Pérez, o el almeriense Juan Antonio Lorenzo.
En torno a las 14.00 horas, el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas y su sucesor en la alcaldía de la capital andaluza hasta el pasado 28M, Antonio Muñoz, coincidían en la sede del PSOE Centro de Sevilla, agrupación dirigida por el socialista Juan Carlos Cabrera.
Muñoz abogaba por una alta participación que mostrara la sensibilidad de la militancia sevillana con una cuestión tan relevante como es la conformación de un nuevo Gobierno de España. “Es necesario poner fin al paréntesis que supone un gobierno en funciones y que un nuevo ejecutivo progresista, con Pedro Sanchez a la cabeza, empiece a funcionar con todo el respaldo institucional. Debemos seguir trabajando en cuestiones tan trascendentes como la reducción de las desigualdades, la lucha contra el cambio climático o la transformación digital del país”.
Por su parte, Espadas ponía en valor la oportunidad que ofrecen los estatutos de su partido para la participación directa de la militancia en decisiones importantes: “Esto dice mucho de la democracia interna del Partido Socialista y de la apuesta por una participación de abajo hacia arriba.” Asimismo, cargaba las tintas contra la actitud del Partido Popular en el actual proceso de conformación de gobierno: “El acuerdo de gobierno es con SUMAR y la búsqueda de un consenso con otras fuerzas políticas responde a la filosofía de contemplar la pluralidad política de nuestro país, de trabajar por la unidad de España sin segregar ni excluir».
«Es un momento difícil, que se agrava porque la derecha lleva mal no poder gobernar y termina faltando el respeto a la propia democracia y a la opinión de su adversario político, tan legítima como la suya.” Sobre los populares andaluces afirmaba que “Moreno Bonilla actúa como un soldado de su partido en lugar de ejercer como presidente de la Junta de Andalucía». Según el dirigente socialista, el presidente andaluz está más preocupado por la estrategia nacional del Partido Popular, que pretende un gobierno central de Feijoo y Abascal, que por los problemas de los andaluces: «Se ha despreocupado de la gestión de la comunidad autónoma y de los servicios públicos. Los andaluces necesitan respuestas a por qué no funciona la sanidad pública o la educación no responde a los criterios de calidad que merecemos. Hoy somos menos iguales que otros territorios de España por una mala administración de los servicios públicos andaluces. Moreno Bonilla se empeña, sin embargo, en acusar al gobierno de Pedro Sánchez de generar agravios entre territorios y discriminar a Andalucía. Miente. Este gobierno ha invertido 31.000 M€ más en los andaluces y andaluzas que el anterior gobierno de Mariano Rajoy, o el de Aznar que tampoco reconocía la población andaluza como criterio para el reparto de fondos y la financiación autonómica.»