El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha participado en la segunda reunión del Consejo Europeo Especial celebrado en Bruselas, cuyo tema central ha sido el de un nuevo pacto europeo para la competitividad.
A este respecto, los líderes han debatido también el llamado informe Letta, presentado en este Consejo, y centrado en la situación presente y futura del mercado único. Los retos económicos, tecnológicos y geopolíticos presentes han hecho más evidente la necesidad de alcanzar un nuevo pacto europeo sobre competitividad.
El presidente del Gobierno ha defendido que la respuesta a este desafío debe ser integral y ambiciosa, centrada en reforzar el mercado único y la seguridad económica de la Unión, que permita desplegar una política industrial que no genere una «rivalidad tóxica» entre Estados Miembros.
En este sentido, el presidente ha señalado que la transformación del modelo productivo se ha de hacer en claves verde y digital, desarrollando una política industrial ambiciosa y con visión europea que representen el motor del crecimiento.
Los líderes han coincidido en que dicha política requerirá de más financiación, tanto pública como privada, por lo que será necesario debatir y diseñar la creación de instrumentos de financiación adicionales. A este respecto, Sánchez ha defendido desarrollar nuevos instrumentos de financiación común, que sean suficientes y estables en el tiempo y que den respuesta a la construcción de bienes públicos europeos.
También ha abogado por regular mejor las ayudas nacionales dentro de la UE para proteger el mercado único, simplificando los procesos que ayuden a agilizar el despliegue de proyectos e inversiones, señalando que, para ello, «es necesario repensar el rol del Banco Europeo de Inversiones».
Sin embargo, ha advertido que mejorar la competitividad económica de Europa no puede conducir a una regresión de las políticas sociales. La mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, como alcanzar mejores salarios o jornadas laborales más estimulantes y conciliables con la vida personal, no deben ser un obstáculo para la competitividad. Esta es la única forma de retener el talento que Europa necesita.
«La economía española está en uno de sus mejores momentos» ha dicho el presidente. Crece por encima de la media europea y las previsiones del Fondo Monetario Internacional sitúan a España como el país occidental que más crecerá en los próximos años, solo por detrás de Estados Unidos. Por ello, ha explicado, para que continúe por esta buena senda económica, es necesario que la economía europea también lo haga.
El informe Letta
En este Consejo, el exprimer ministro italiano y actual presidente del Instituto Jacques Delors, Enrico Letta, ha presentado el informe estratégico sobre el estado del mercado único que le encargó el Consejo de la UE bajo la actual presidencia belga.
En dicho informe, Letta aboga por reformar el mercado único adaptándolo al siglo XXI, señalando la necesidad de financiar la doble transición verde y digital, garantizar la seguridad económica, integrar la libertad de investigación e innovación, poner un mayor foco sobre las PYMES y, todo ello, con una dimensión social que garantice la justicia social, la igualdad de oportunidades y el bienestar de los ciudadanos.
El presidente del Gobierno se ha mostrado de acuerdo con los planteamientos y reformas presentadas en el informe. Los retos globales actuales generan una oportunidad para una mayor integración, como la de completar la Unión de Mercados de Capitales, ha defendido Sánchez, que ayudará a atraer inversiones privadas, diversificar las fuentes de financiación y acometer las transformaciones necesarias. También la de avanzar hacia una unión de inversión para que el ahorro de los europeos se quede en Europa y sirva para financiar empresas y empleos.
El mercado interior es el pilar de la prosperidad europea, por lo que desarrollar mecanismos que fortalezcan la competitividad de la UE sin fragmentarlo es el verdadero reto al que se enfrenta Europa, ha explicado el presidente.
Cualquier reforma, ha añadido Sánchez, ha de tener a la ciudadanía y a nuestro modelo social en el centro del debate para contribuir a la cohesión y beneficiar a todos los rincones de la UE. Un hecho que legitima por sí solo el mercado único y mejora, además, la competitividad.