Los data centers (CPD), el uso de la Inteligencia Artificial (IA) y las criptomonedas disparan el consumo de electricidad a nivel mundial.
Los datos son sorprendentes, pues en solo siete años el consumo se ha duplicado, alcanzando los 900 TW la hora. Aunque era algo previsible y el porcentaje de electricidad utilizada por estos potentes consumidores se ha ido incrementando de forma exponencial, no parece que en actualidad estemos preparados para asumir esta realidad de forma inmediata.
Irlanda, por ser el país europeo donde mayor número de empresas de procesamiento de datos están instaladas, ha sido el primero en dar la voz de alarma. En la actualidad, el 20% de su energía va destinada a esta actividad, lo que ha le llevado a plantear las primeras restricciones.
Con Irlanda colapsada, la competencia está servida y ciudades importantes o países como España, ahora sí, planean su estrategia para atraer proyectos de inversión relacionados con esta actividad en boga. España prevé una inversión de 8.000 millones de euros en tres años que redundaría en un 20% de crecimiento del sector.
Europa cifra en 100TW por hora el consumo que alcanzará estos centros en seis años, lo que se traduce en un negocio de 50.000 millones.
España afronta un doble reto, por un lado, el reto de la transición energética en el que ya se encuentra inmerso y que implica la descarbonización de la actividad económica y la mayor apuesta por el mayor consumo eléctrico. Por otro, convertirse en un nuevo destino, atractivo y competente, para atraer a los grandes gigantes de la tecnología que moverán los hilos de la economía mundial por un largo periodo de tiempo.