El Partido Popular, abordaba la cuestión religiosa en su programa electoral diciendo por un lado que “trabajaremos para garantizar el derecho fundamental de libertad religiosa”, pero por otro lado diciendo que “extenderán los beneficios fiscales a las confesiones religiosas con notorio arraigo”. Blanco y en botella.
Sumar, por su parte, tampoco es que profundice mucho en la cuestión religiosa, excepto cuando plantea que “ninguna religión ni simbología religiosa formarán parte del currículo ni del horario lectivo obligatorios”. Se queda demasiado corto, a mi modo de entender.
VOX sólo habla del aspecto religioso para hacer referencias al islam, hablando de cerrar mezquitas fundamentalistas o excluir de la enseñanza del Islam en la escuela pública. Nada que esperar de este grupo xenófobo y racista.
Y el PSOE aunque ha sido el partido político que ha impulsado los mayores avances laicos en nuestro país, como el divorcio, interrupción voluntaria del embarazo, muerte digna, matrimonio entre personas del mismo sexo, igualdad entre mujeres y hombres, violencia de género… sin embargo, sigue manteniendo la casilla para la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta, el Concordato con la Iglesia Católica o la impartición de la asignatura de religión en las escuelas públicas.
Y es que esta Semana Santa, en la que los cristianos conmemoran de manera exaltada la pasión de Cristo con numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo y ancho de todo el territorio nacional (mediante procesiones, penitencias o representaciones) uno se pregunta si España es en realidad un país laico y aconfesional tal y como indica el art. 16 de la Constitución Española.
Muchos entendemos que la religión y la fe (sea la que sea la que practiquemos) deben ser una cuestión interior, íntima y personal, y que nadie nos debe imponer ni condicionar, con exaltamientos o adoctrinamientos. Tanto seas creyente, como no creyente, nadie debe sentirse intimidado, porque al igual que nadie debe amenazar nuestra condición sexual, tampoco nadie debe amenazar nuestra fe o nuestra falta de fe. Y por eso me sorprendo al leer, estos días, comentarios en las redes sociales de líderes políticos de izquierdas, haciendo apología del cristianismo.
Y es que, como dice mi compadre Rafa, sólo con educación se podrá acabar con el adoctrinamiento. Me insiste en que el PSOE como partido, jamás lo hará, porque prefiere parecerse al pueblo para gobernar que cambiar la realidad para avanzar. En nuestro partido, continúa, hay de todo, gente agnóstica y gente muy religiosas, republicanos y monárquicos, ecologistas y taurinos, feministas y no feministas, un partido en el que caben todas las ideas, pero que no se imponen ninguna y esa amalgama de pensamiento provoca que se diluyan los principios.
Y aunque reconozco que algo se ha avanzado en laicidad, hay que admitir que se ha hecho a ritmo procesional, con pasos muy cortos y lentos, con pies de plomo y con una gran carga sobre nuestros hombros, aunque eso sí, con menos fervor y menos costaleros de los necesarios.
Un hermano de la sacrílega hermandad secular de la laicidad
![](https://cronicadeandalucia.com/wp-content/uploads/2024/03/laicidad.jpg)