ÓSKAR MARTÍN
Secretario general de UGT Andalucía
Los problemas que tenemos que afrontar día a día, para llenar la cesta de la compra, pagar la vivienda y la luz, los materiales escolares de los hijos, y llegar a fin de mes, a veces, no nos dejan mirar con perspectiva, las amenazas reales de nuestra sociedad. Una de las más graves, que tenemos que afrontar con urgencia es el cambio climático y, enmarcada en él, la sequía.
La sequía es un serio problema que ya está generando pérdidas en el PIB de Andalucía, en torno a un 1% y que lastra las previsiones de crecimiento este año en torno a un 2%, según datos de la Junta de Andalucía pero que, de no aplicarse las medidas correctoras necesarias, va a tener un impacto negativo incalculable en nuestra agricultura, la industria, el turismo y, en general, el empleo y la calidad de vida de la población. Hace pocas semanas el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, advertía de que, si no llueve, nuestra comunidad puede perder un 7% de su PIB en 2024.
Es fundamental una política del agua que aumente su disponibilidad para todos sus usos. Establecer unas políticas medioambientales que sitúen la lucha contra el cambio climático y la sequía como una prioridad del Gobierno andaluz, del central y de la Administración local.
No podemos dar ni un paso atrás en las obras hídricas previstas en los distintos planes hidráulicos de las cuencas del Guadalquivir, Sur y del Guadiana; infraestructuras de todo tipo, ya sean pantanos, balsas, desaladoras, y el aprovechamiento de las aguas regeneradas para el regadío o la industria.
Desde UGT, estamos exigiendo el cumplimiento de ejecución de los plazos, porque el problema no es un futurible, sino que ya está afectando, y mucho, a la economía, la sociedad y la forma de vida de los andaluces. Además, el agua de la que dispongamos no puede ser distribuida con criterios liberales y especulativos, por lo que es necesario una nueva política de agua, para los agricultores y para los ciudadanos, que realice un reparto basado en el bien común, con unos costes razonables.
De forma inminente, para afrontar las próximas campañas agrícolas y, en especial, la de la aceituna, en la que se prevé la pérdida del 50% de los jornales y de la producción, pedimos eliminar el número mínimo de peonadas para poder cobrar el subsidio agrario; y un plan especial de empleo para el campo andaluz, que atienda a los cientos de miles de jornaleros y jornaleras que están perdiendo su sustento. Además, tendrán que aplicarse los ERTE de la Reforma Laboral, en algunas almazaras que se están planteando incluso no abrir sus puertas esta campaña.
El medio ambiente, la acción climática y la transición ecológica justa tienen que desarrollar un papel protagonista en todas las políticas públicas. UGT Andalucía ha creado un área de acción climática, que presentaremos próximamente, para generar debate, propuestas y soluciones, a las consecuencias negativas que ya estamos padeciendo, pero que serán mucho más graves si no las afrontamos con seriedad. Nuestra secretaría de Industria, Transición Justa y Medio Ambiente, ha publicado un informe que puede servir de base para empezar a trabajar. Desde UGT Andalucía estamos manteniendo reuniones con distintos organismos, de la propia organización como la Unión de Pequeños Agricultores, o de la Junta, como el Consejo Económico y Social, a cuyo presidente, Juan Marín, hemos pedido que elabore un estudio, en colaboración con universidades y científicos, que ponga encima de la mesa las soluciones para acabar con la sequía, y abordar las consecuencias del cambio climático, para que afecten lo menos posible a la calidad de vida de millones de ciudadanos y ciudadanas.
Una de los ámbitos en los que ya hemos empezado a introducir las variables del cambio climático, es en la negociación colectiva: prevención de riesgos laborales, climatización en interiores y organización horaria en el exterior, inversiones y cambio de mentalidad.
Queremos estar en primera línea en el frente abierto por los cambios que se avecinan y que, sin lugar a dudas, van a tener una tremenda afectación sobre nuestro futuro laboral y social más próximos. Este mismo fin de semana, la Organización Mundial de la Salud alertaba de que los casos de cólera en todo el mundo se han duplicado en apenas un año, pasando de los 223.000 en 2021 a los más de 472.000 el año pasado, que probablemente empeoren en este 2023. El cambio climático, sobre todo en África Central y Próximo Oriente, unido a la falta de vacunas, están incrementando enfermedades que, hasta hace poco, se daban por casi desaparecidas.
Frente a desafíos como la descarbonización, para reducir los gases de efecto invernadero, desde UGT hacemos una decidida apuesta porque los cambios en la actividad de las empresas, no dejen a nadie atrás, y supongan un avance en derechos y en un empleo verde sustentado en un profundo proceso de adaptación de las empresas hacia otro modelo de producción mucho más sostenible.