Los socialistas andaluces se dieron cita en la tarde de ayer en el hotel NH Collection de Sevilla con motivo del cierre de una campaña electoral marcada por la irrupción, una vez más, del poder judicial en la política del país.
La encargada de abrir el acto fue la eurodiputada Lina Gálvez, que centró su discurso feminista en la amenaza que supone el avance de la ultraderecha en España y en Europa.
A la candidata que ocupa el sexto lugar en la lista del PSOE al Parlamento europeo, le siguió la intervención del secretario general del PSOE de Sevilla, uno de los pocos socialistas que ha conservado poder tras de la cita electoral del pasado año y, por ello, uno de los varones más preciados en su partido junto al jienense Francisco Reyes. El también presidente de la Diputación sevillana arrancó los primeros aplausos elevando el tono de una intervención que pedía menos rosarios y más Constitución, a la vez que anticipaba ante un excitado auditorio una gran victoria de los suyos el próximo domingo. Terminaba por poner en valor, “frente a los sobres del Partido Popular”, las cartas de amor -en una clara referencia al presidente del Gobierno-. Para este último pedía un férreo cierre de filas como el que parte de los presentes, históricos del PSOE andaluz, habían mostrado con la firma de un manifiesto en apoyo a Pedro Sánchez.
El líder de los socialistas andaluces fue el primer encargado de adentrarse en el discurso europeísta tras agradecer el compromiso de las mujeres y los jóvenes de su partido. Espadas hizo alusión a la Europa que, a su juicio, deberían elegir los ciudadanos de izquierda. Después de contrastar el modelo de la derecha frente al de una Unión que en los últimos tiempos ha puesto en marcha medidas orientadas a aquellos que más las necesitan, concluyó aterrizando ambas opciones, conservadora y progresista, en el territorio andaluz con un ataque directo a las políticas de Moreno Bonilla “en contra de los servicios públicos”.
El alto comisionado para la Unión Europea, Josep Borrell, invitado estrella del encuentro, comenzó con versos de Machado una disertación intensa y detallada, también didáctica, según se encargaban algunos de los presentes en destacar. La compleja situación mundial, el papel de Europa, la geoestrategia y los conflictos bélicos actuales fueron el foco de unas palabras que delataban una más que amplia experiencia en política internacional.
La encargada de poner la guinda final a un mitin que, bajo el eslogan de «9J el zurdazo», despedía la campaña de las europeas, fue la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda. Mª Jesús Montero, fiel a su estilo, se expresó enérgica y contundente con respecto a una oposición que, según afirmaba, no tenía programa para Europa más allá de un folio presentado dos días antes. Su aplaudida arenga puso fin a un multitudinario acto en el que no pasaron inadvertidas las críticas veladas por parte de cada uno de los intervinientes a históricos socialistas que, como Felipe González o Alfonso Guerra, mantienen en la actualidad posiciones muy alejadas del discurso del partido liderado por Sánchez.
A unas horas de que la ciudadanía se exprese en las urnas y el recuento finalice, los socialistas mantienen altas expectativas sobre unos resultados que solo mañana podrán confirmarse. Lo que sí parecen haber aprendido los de Sánchez es a no dejar que la división interna haga mella en un partido obligado hoy a gobernar bajo la permanente espada de Damocles de la coalición.