Aprovechando la sesión plenaria en el Parlamento de Andalucía en la jornada de este jueves, el partido de ultraderecha Vox se ha dedicado a pasear por el entorno del antiguo hospital de las Cinco Llagas de la capital sevillana con un autobús rotulado en el que se podía leer ‘devolved lo robado’, haciendo referencia al PSOE de Andalucía y al sindicato UGT, con sendas imágenes de los rostros de José Antonio Griñán y Manuel Chaves.
Un autobús de propaganda que la formación ultraderechista ha pretendido magnificar con cierto tono jocoso y provocador, aunque no a todos los ciudadanos que paseaban por las calles de la capital les ha parecido graciosa esta bravata de Vox: por lo insolente del mensaje y por el enorme gasto que han dedicado en disfrazar el autobús con el ofensivo mensaje.
La osadía de Vox ha ido más allá y ha presentado la deshonrosa campaña a las puertas de la sede de UGT en Sevilla, donde la respuesta del sindicato no se ha hecho esperar. Han querido responder de forma invisible, pero muy ruidosa.
En el inicio de la comparecencia que ha realizado Manuel Gavira, junto a otros parlamentarios de Vox, los responsables sindicales han ‘reventado’ su discurso con el himno de La Internacional, que ha resonado con un nivel de decibelios altamente superior al tono del diputado gaditano. Por mucho que se esforzara en elevar su voz, en el que se han intuido improperios e insultos, la canción del movimiento obrero ha prevalecido.
Vox viene elevando el tono político en Andalucía con un descaro insólito. Su posición en el Parlamento debilita el juego democrático. Mucha culpa de ello la tiene Moreno Bonilla, que ha permitido que su acción política tenga un peso específico en las decisiones que se toman dentro del Gobierno autonómico.
Es por ello, que desde Vox se viene diseñando una campaña subterránea (no tan visible como la del bus denigrante) para tratar que el presidente adelante las elecciones en Andalucía y logren un espacio más férreo dentro de la Junta de Andalucía. La ultra derecha no está conforme. Quiere más.
Esta tendencia se han visto madurada por los resultados en las elecciones de Castilla y León, en la que Fernández Mañueco tendrá que decidir si Vox sí o Vox no. Una decisión que podría servir de espejo para Bonilla, puesto que los próximos comicios que se atisban son los andaluces. ¿Vox sí o Vox no? Porque la desaparición de Ciudadanos es ya un hecho que ni se baraja.
Si Moreno Bonilla no quiere seguir presumiendo de su tono comedido, amable y cercano, tendría que dar un paso al frente, anunciar que no le tiembla la mano derecha para ampliarla a Vox, a lo ‘Ayuso style’, y pretender seguir en la Junta de Andalucía con una formación ultraderechista que hasta el momento sólo ha restado.