La valoración del vicepresidente de la Asociación de Empresas de Turismo de Naturaleza de Doñana (Atena), Juan Bernardo Torre Valle, sobre el ecoturismo en el lugar señala que el número de clientes este verano «ha descendido entre un 25 y un 30 por ciento».
Torre ha querido matizar que en estos datos tiene mucha influencia qué el pasado 2021 fue un año “atípico» en el que «se registró un fuerte incremento, tras la pandemia, que ha permitido, incluso que durante la primavera de 2022 se haya conseguido cifras récords».
En declaraciones a Europa Press, el vicepresidente de Atena, miembro de la Federación Onubense de Empresarios (FOE); ha hablado sobre las dos épocas “fuertes” para Doñana: la primavera y el mes de agosto, ya que todo el verano «no se considera temporada alta», en palabras de Juan Bernardo Torre Valle.
Los años de la pandemia obligaron a estar cerrados durante determinados momentos, coincidiendo que los meses de los confinamientos fueron los de las primaveras de 2020 y 2021, coincidiendo con la temporada alta, según ha explicado Torre Valle.
No obstante, en los veranos de estos dos años, como ha apuntado el empresario, «sí que la actividad se pudo realizar». Es cierto, que en verano de 2020 «no se notó mucho, porque la gente aún estaba recelosa y con miedo«, pero en el estío de 2021 «cuando se levantaron los confinamientos y restricciones, la gente salió en tromba a realizar actividades, por lo que fue un año «excepcionalmente bueno» para el sector, tanto que «se registró un incremento del 40 por ciento en relación a 2019».
«De hecho, en Doñana todas las empresas del sector batieron récord, por lo que había sido un verano que no se había vivido», ha comentado Torre. Por ello, según ha remarcado el vicepresidente de Atena, ello ha provocado que «si se comparan los datos de este año con los del 2021, parece que ha sido una temporada mala», ya que el descenso de clientes durante agosto «ha sido de entre un 25 y 30 por ciento de clientes menos, pero las cifras de este mes se pueden equiparar al de los años 2019 y 2018«.
Así las cosas, el incremento del verano de 2021 se ha ido extendiendo hasta el pasado junio, de modo que «marzo, abril, mayo y junio de 2022 han sido meses muy por encima de la media de los últimos diez años».
Por ello, el vicepresidente ha trasladado la «extrañeza» que le ha provocado al sector en Doñana el descenso durante el mes de agosto y que «no se haya contagiado por ese incremento».
«En agosto, el 95 por ciento de nuestros clientes son particulares, es decir, familias, parejas o personas solas, pero en primavera, más de 50 por ciento de los visitantes provienen de grupos concertados, como escolares, los cuales se han disparado en este año, o de la tercera edad», ha detallado.
Por lo que el grado de diferencia entre ambas épocas es que «se haya empezado a notar que, como en dicho mes la afluencia es de particulares, estos hayan comenzado a reducir o dejar de hacer ciertas actividades de ocio debido a la inflación y los problemas económicos que se han originado o acuciado, precisamente, durante el verano».
«No obstante, hay que esperar a los próximos meses para comprobar si se trata de una tendencia y poder confirmar ese descenso o se ha tratado de algo puntual», ha afirmado.
En otro orden de cosas el empresario ha asegurado que dada su experiencia en el sector, «Doñana se seca en junio, por lo que si no hay agua en agosto es lo normal», en referencia a las alertas por los problemas de sequía que están afectando a la provincia onubense y al parque natural.
«En primavera hemos tenido agua en Doñana, no como en años buenos, pero tampoco como en periodos más secos. Esto es un ciclo, ya que cada ocho o diez años hay un ciclo de sequía que durante tres o cuatro años llueve menos de la media y al final del mismo se nota que hay menos agua de lo habitual», ha señalado.
Al respecto, el vicepresidente ha incidido en que «es cierto que en los últimos años, aunque por la pandemia no se ha apreciado hasta ahora al no poder salir, se está iniciado un ciclo de sequía», pero este «se está acelerando, por lo que si en los próximos meses no llueve, sí que podría haber problemas de cara a la primavera que viene«.
Por ello, Torres ha asegurado que «la percepción o expectativa de los clientes no es de ver agua, porque nunca ha existido esa posibilidad», otra cosa es que lo sepan y vengan bien informados, pero lo normal es que Doñana esté seca en verano«.