Después de protagonizar la escena más dura de los Juegos Olímpicos de París hasta la fecha, la onubense Carolina Marín ha sido recibida entre aplausos en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por decenas de aficionados.
A pesar de los duros momentos que está atravesando, la deportista ha atendido con amabilidad a los medios y tras retirarse por una lesión en la rodilla en las semifinales de los Juegos de París, reconoció estar «destrozada», aunque no confirmó si necesitará operarse o no.
«Todavía no he podido ver todo, pero desde luego que quiero dar las gracias a todo el mundo. Estoy destrozada, no puedo decir otra cosa, pero me voy a al hospital, que me hagan pruebas y a ver qué sale, ahí tomaremos decisiones», expresó la onubense a los medios de comunicación en su llegada al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Cabe recordar que la jugadora española se lesionó durante su partido de semifinales de los Juegos Olímpicos de París ante la china He Bing Jiao y tuvo que retirarse del torneo, todo en un partido que dominaba a placer (21-14, 10-6) y en el que la rodilla volvió a despertar sus pesadillas.
Después de ganar 21-14 el primer set y cuando se imponía a la asiática por 10-6 en el segundo, la onubense, cuarta del ranking mundial, se fue al suelo llevándose la mano a la rodilla. Fue atendida y se enfundó una rodillera para seguir el partido, pero después de disputar y perder dos puntos más ante Jiao, no pudo continuar. Entre lágrimas, abandonó la pista principal del pabellón Porte de la Chapelle.