Ha sido todo un éxito en las últimas semanas y la celebración de Halloween, donde ha sido el disfraz estrella, así lo ha constatado: ‘El juego del calamar’, la serie de moda en la plataforma Netflix, se ha convertido en todo un fenómeno consumido por adultos y no tan adultos. Y ahí viene el problema.
No en vano, ‘El juego del calamar’ ha alcanzado una extraordinaria popularidad en España y a nivel mundial, ha conseguido atraer a un amplísimo espectro de público, de manera que ha abarcado prácticamente todos los segmentos de edad, desde las personas adultas hasta personas adolescentes y también niños.
Precisamente por eso, y por la violencia que se puede ver en la serie, la Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud y Familias pide un consumo responsable de los contenidos audiovisuales a los que acceden los menores, apelando a proteger a la población más vulnerable ante contenidos solo recomendados para personas adultas.
De hecho, se ha generado un gran debate social y controversia, debido no solamente a que los niños hayan podido visionar la serie, sino también por su repercusión en sus comportamientos, de manera que juegos violentos de la trama se han reproducido en los patios de los centros educativos.
‘El juego del calamar’, para mayores de 16 años
En este sentido, desde la Junta de Andalucía se ha recordado que ‘El juego del calamar’ no está recomendado para personas menores de 16 años, atendiendo a aspectos como la violencia, el lenguaje, el sexo, la desnudez, el miedo o la angustia o el suicidio.
Y es que así lo hace constar Netflix en su plataforma, aunque a pesar de las advertencias, y debido a la gran popularidad y facilidad de acceso desde la plataforma, la serie ha sido vista por una ingente cantidad de personas menores de esa edad recomendada, incluida la población infantil.
Además, se trata de una producción cuya estética, muy colorida, resulta increíblemente atractiva para los menores, amén de su trama, basada en juegos infantiles como el pollito inglés o el propio juego del calamar, en los que participan los personajes.
Sin embargo, la historia tiene un trasfondo de violencia que genera situaciones de engaño, traiciones y asesinatos de los participantes eliminados de esos juegos.
Ante el debate generado, desde la Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud y Familias se ha destacado la necesidad de educar en el consumo responsable para proteger a la población más vulnerable de ciertos contenidos. Así, invita a hacer uso de herramientas como el control parental para limitar el acceso a títulos inapropiados.
Debe tenerse en cuenta que, como ocurre con el sistema de clasificación PEGI, que permite identificar la edad recomendada y el contenido sensible incluido en videojuegos y aplicaciones móviles, cada país cuenta con su propia calificación por edades para los productos audiovisuales.
En España, la normativa vigente otorga a las películas cinematográficas y otras obras audiovisuales una calificación por grupos de edad comenzando por el aviso ‘Apta para todos los públicos’, y ascendiendo en edades con las advertencias ‘No recomendada para menores de 7, 12, 16 y 18 años’.
Se cuentan con otros distintivos como ‘Especialmente recomendada para la infancia’ y ‘Especialmente recomendada para el fomento de la igualdad de género’.
Esto no será aplicable a las películas para la televisión, las series de televisión y otras obras audiovisuales creadas para su divulgación en medios en los que su regulación contemple sistemas de autorregulación, códigos de conducta u otros mecanismos de control de los contenidos divulgados por tales medios.
Por último, en relación a lo ocurrido con ‘El juego del calamar’, la Junta de Andalucía ha recordado que ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud y Familias.
Al mismo se puede se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900215080, de la página web de Consumo Responde, del correo consumoresponde@juntadeandalucia.es; y de los perfiles de Twitter y Facebook de la entidad.