A tan solo un par de días del comienzo de su gira, conversamos con uno de los artistas de moda en el panorama nacional, Antoñito Molina. El lanzamiento de su nuevo single, Laberinto, dispara las reproducciones por minuto en las plataformas digitales.
Este gaditano nacido en Rota podría probablemente disimular cualquier otra cosa salvo sus raíces. Orgulloso de su acento y de su deje flamenco reconoce la influencia de una tierra cuya cultura musical lo envuelve todo.
A pesar de su aspecto aniñado, Antoñito lleva a sus espaldas varias décadas de estudio y práctica musical. Aunque la sensación que trasmite por cada uno de sus poros es de vitalidad, energía positiva y eterno agradecimiento, su trayectoria no deja duda alguna: a este artista nadie le ha regalado nada, ha trabajado duro por ser quien es hoy.
¿Cómo llega la música a la vida de Antoñito Molina?
La música llega a mi vida siendo muy joven. Fui un niño al que siempre le llamó la atención el ritmo del Carnaval y la Semana Santa. Muy pronto le pedí a mis padres un tambor y una trompeta y a los Reyes Magos, un piano. Con ocho años me incorporé a una banda de música, así que con catorce o quince años ya había adquirido muchos conocimientos y estudiado mucha música.
¿Ha influido tu tierra natal en tu forma de crear y sentir la música?
Sin duda. No sólo Cádiz, también Andalucía. Mi amor a la profesión se lo debo a haber nacido en una tierra en la que la música, la cultura, las fiestas y el Carnaval están muy presentes. El sur es un lugar donde todo se vive de una forma especial. Vengo de una tierra donde millonario es quien puede disfrutar de sus amigos.
La influencia de mi cultura es clara en una profesión que, también hay que decirlo, es muy sacrificada y requiere de mucho esfuerzo. La creación, las grabaciones, los videoclips, las giras… Es un trabajo duro, pero si te gusta como a mí, olvidas rápido que es trabajo. Disfruto mucho con lo que hago, es mi pasión.
En tu último single cantas al desamor ¿Qué significa Laberinto en este momento en la vida de Antoñito Molina?
Laberinto es la historia de dos personas predestinadas a estar juntas. Aunque todo se haya roto, aunque vivan lejos uno de otro, aunque todo les separe… de alguna manera vuelven a estar juntos, se encuentran de nuevo, a veces cuando cierran los ojos o cuando sueñan. Creo que hay personas que quedan atrapadas en ese laberinto del que difícilmente pueden salir.
Es una canción que llega en un buen momento de mi vida. Es un tema en el que no creí cuando lo creé. Estaba ahí, guardado en un cajón y, un día casi por casualidad, lo recuperé mientras tocaba la guitarra en casa con unos amigos. Gustó mucho. De repente lo vi con otros ojos y empecé a creer en él. Así que aquí está, es su momento.
¿Qué o quién inspira tus letras?
Me inspiran personas, situaciones, pensamientos, momentos.
Soy una persona sensible, siento que me motiva todo, siento lo que veo, lo que vivo, lo que imagino. A veces anoto en el móvil cosas que aparecen en mi cabeza para que no se me olviden y, cuando llego a casa, las desarrollo.
Sin abandonar la esencia del flamenco, te adentras en el POP ¿Qué te lleva a tomar esta decisión?
Siempre escucho a mi corazón y, en eso, nunca me equivoco. Me apetecía mucho la banda, el directo, la guitarra acústica, pensaba en los conciertos… y eso te lleva a otro tipo de música como el Pop. Mi voz es flamenca, es una voz del sur, ni puedo ni quiero cambiarla, esa esencia siempre está presente. Ahora, en este momento, con otro estilo musical.
¿Qué han supuesto las nuevas plataformas digitales como Spotify a una nueva generación de artistas?
Es algo brutal. Tremendamente positivo. Spotify es, salvando las distancias, “la nueva radio”. Poder escuchar lo que uno quiere cuando quiere, cambiar en cada momento el tipo de música, es una forma de consumir muy positiva. Evidentemente, la radio es magia y las personas que la hacen son especiales, pero estas nuevas plataformas han traído algo muy bueno también para los creadores. Antes, solo triunfaba quien podía influir y llegar a salir en televisión o radio, quien conseguía estar ahí. Ahora, es el público cuando te escucha quien decide si triunfas o no. Tienen un mayor acceso a tu música y deciden ellos.
La Aventura Tour arranca el viernes en Barcelona y está previsto que finalice en noviembre en Granada ¿Con qué expectativas comienzas esta gira?
Mis expectativas son tener mucha salud para darlo todo en cada concierto, en cada ciudad y con cada público. Saber que, por ejemplo, Barcelona agotó hace ya cuatro meses todas las entradas es algo muy estimulante. Sé que es un lugar al que tengo que volver para llegar a más gente. Es una especie de explosión lo que se siente por dentro antes de una gira, pura emoción. Quiero disfrutarla mucho y agradecer cada día que puedo hacer lo que me gusta y entregarme al público al máximo.
¿Con qué futuro personal y profesional sueña Antoñito Molina?
Mi sueño es ser feliz junto a mi familia. Disfrutar de ella, tener hijos, cuidar a mi perro y que mis padres vivan más de cien años y puedan verme por mucho tiempo disfrutar haciendo lo que me gusta.