Algunas de las guitarras más valiosas del mundo han pasado por sus manos. Entre ellas, varias pertenecientes a la Fundación Paco de Lucía tendrán como próximo destino algún espacio expositivo en Algeciras, quizás en el Centro de Interpretación que llevará el nombre del artista. Un trabajo que realizó junto al reconocido artesano canadiense, afincado en Granada, John Ray.
Analizar, valorar y probar guitarras históricas de las mejores colecciones o elaboradas por los mayores lutieres es parte de una labor a la que Marcus Toscano ha dedicado un gran esfuerzo estos últimos años. Pero la mayor parte de su tiempo la dedica a la profesión de músico, participando en centenares de conciertos para diferentes públicos e impartiendo clases particulares de guitarra.
Este brasileño, que con apenas treinta años llegó a Granada para (ojalá) quedarse, lleva toda una vida abrazado a la guitarra. Se inició en estudios musicales y guitarra clásica de la mano del conductor Pedro Cameron y continuó su pasión como discípulo de Geraldo Ribeiro y Edson Lopes. A los 15 años ya enseñaba música a otros niños y adolescentes en su país natal, a través de una iniciativa estatal llamada Proyecto Guri.
Su vocación le llevó a licenciarse en guitarra y música por la Universidade Cruzeiro do Sul de Sao Paulo donde tuvo la oportunidad de asistir a las clases de prestigiosos maestros como Celso Delneri y Henrique Pinto. La trayectoria de Marcus está repleta de premios, de participación en más de cuarenta festivales y hasta de una experiencia televisiva a su paso por el programa Preludio de la Televisión Estatal Cultura en Brazil.
Tras pasar por Londres y París, se estableció durante dos años en Barcelona, donde cursó un máster en Guitarra Clásica en la Escuela Superior de Música. Aquella tierra, que le brindó oportunidades únicas como la de participar como mandolinista en la Sinfonía 8 de Gustav Mahler, con motivo del 70º Aniversario de la Orquestra Nacional de Catalunya, fue también una tierra en la que sintió gran nostalgia de la cultura y el carácter de la gente que había dejado atrás, en su lugar de origen (Sorocaba, Estado de São Paulo Brasil).
Pero pronto llegaría al sur, a Andalucía “fue uno de los mejores acontecimientos de mi vida: el sol, la vida, la gente, las ciudades andaluzas que son guapísimas…”. Y, tras un breve periodo de tiempo en Sevilla, a Marcus Toscano el destino lo trajo a Granada “para quedarse aquí para siempre”. “Después de muchos años estudiando y visitando otros lugares más desarrollados y ricos en los que tocar, Granada me dio la dignidad y la autoconfianza de ser un músico profesional. Esta ciudad es la ciudad de la guitarra, tiene la magia y el embrujo que no tiene ninguna otra.”
![](https://cronicadeandalucia.com/wp-content/uploads/2024/03/MARCUS-TOSCANO-.jpg)
En su tiempo libre le gusta practicar natación y viajar, pero es complicado, en su caso, disociar la guitarra como instrumento profesional y como afición. En los últimos diez años ha coleccionado guitarras históricas fabricadas entre los inicios del siglo XX y los años 50. Entre ellas, se encuentran verdaderas obras de arte como la creada por Domingo Esteso en 1920, la elaborada por Santos Hernández en 1945, dos guitarras de Marcelo Barbero datadas en 1953 y 1946, otra más, obra de Manuel de la Chica construida en Granada, en 1955, o la fabricada por Manuel Reyes en Córdoba, en 1972.
Mientras charlamos nos confiesa uno de sus deseos, viajar por toda Europa en autocaravana. Sin embargo, Marcus pronto baja a la realidad y reconoce estar en un momento crucial de su vida, el de dar un nuevo paso profesional. A punto de cumplir cuarenta años, su proyecto es “crear un espacio expositivo y cultural en una provincia que, aunque cuenta con el mayor número de constructores de guitarra (sesenta) de toda España, no tiene un lugar así.”
Sin lugar a duda, veremos hecho realidad el sueño de Toscano: un espacio en el que el visitante pueda “ver, interactuar y disfrutar de un instrumento que es la leyenda de todo un país.”