El pleno del Ayuntamiento de Sevilla, gobernado en minoría por el popular José Luis Sanz, ha rechazado este viernes con los votos en contra de toda la oposición, el PSOE, Vox y la coalición Podemos-IU, la cuestión de confianza del alcalde vinculada al nuevo proyecto presupuestario de 2024, ante lo cual ha comenzado la «cuenta atrás» para la aprobación de las nuevas cuentas, según ha manifestado el propio primer edil.
Y es que ahora será habilitado un periodo de un mes durante el cual los grupos de oposición podrán presentar una moción de censura contra el primer edil, extremo impracticable y ya descartado por los mismos porque dicha operación necesitaría la unión del PSOE, Vox y Podemos-IU en torno a la figura de un alcalde alternativo.
Si no media o prospera ninguna moción de censura, como previsiblemente sucederá, quedarán aprobados definitivamente los presupuestos del Gobierno local del PP, que ascienden a 1,29 mil millones de euros tanto en ingresos como en gastos, en lo que se refiere a su cifra consolidada, es decir las cuentas del Consistorio junto con las de sus empresas municipales y demás entidades satélite.
Este pleno se celebraba en un marco en el que los populares, que gobiernan en solitario y minoría con 14 concejales de un total de 31; vienen gestionando los presupuestos prorrogados de 2023, diseñados por el anterior Gobierno local del PSOE, acometiendo modificaciones presupuestarias de gran envergadura; al no haber cosechado ningún apoyo o abstención entre la oposición para aprobar sus propias cuentas.
Tras meses en esta situación, el alcalde anunciaba su decisión de elevar al pleno su proyecto presupuestario, con el planteamiento de recurrir al mecanismo de la cuestión de confianza en caso de que no prosperasen sus nuevas cuentas, como así sucedió en el pleno extraordinario del pasado lunes, cuando la Corporación local tumbó los presupuestos del PP con el voto contrario en bloque de toda la oposición. Fue entonces, así, cuando el alcalde convocó este nuevo pleno extraordinario para su cuestión de confianza ligada al presupuesto, con los términos ya descritos.
Sanz ha abierto esta «histórica» sesión al tratarse de la primera vez que un alcalde de Sevilla recurre al mecanismo de la cuestión de confianza. Al punto, ha manifestado que todo deriva de la «situación anómala» que sufre el Ayuntamiento por la «pinza y bloqueo» de la oposición al Gobierno local, ante lo cual «hay que poner toda la carne en el asador para salir de esta situación y que la ciudad comience a funcionar lo antes posible con un nuevo presupuesto».
Cuenta atrás»
En ese sentido, ha avisado a la oposición de que esta votación era una «nueva ocasión» para desbloquear el presupuesto, exponiendo que incluso con el nuevo voto contrario de la oposición, comienza «la cuenta atrás» para la aprobación del nuevo presupuesto, que «sólo pararía una posible moción de censura del PSOE con Vox y Podemos e IU», partidos que han descartado tal opción.
La oposición, según ha destacado Sanz, debía elegir entre «facilitar que la ciudad tenga un presupuesto» en breve o «bloquearla de nuevo y hacerle perder un mes y medio o dos meses», en alusión al periodo dispuesto para una hipotética moción de censura descartada por la oposición.
Frente a ello, desde el Grupo de Podemos-IU, Ismael Sánchez (IU) ha precisado a Sanz que como alcalde, él es el «responsable de que la ciudad tenga presupuesto», acusándole de «ir de derrota en derrota» e «ir constantemente improvisando» y de recurrir a esta cuestión de confianza al ser consciente de que «no va a haber moción de censura entre el PSOE, Vox y su formación. Susana Hornillo (Podemos), acusaba además a Sanz de orquestar «una tragicomedia, un circo, para aprobar el presupuesto por la puerta de atrás porque no sabe gobernar» y al no haber salido adelante su «pacto fraguado con Vox», extremo que los populares niegan mientras Vox asegura que había negociaciones para ello.
Cristina Peláez, de Vox, partido que había ceñido su apoyo a los presupuesto a la conformación de un gobierno de coalición con el PP; ha descartado también tanto que la oposición tenga acordada una «pinza» contra el PP, como una moción de censura, porque su formación no va a «pactar nada con el partido traidor» que a su entender constituye el PSOE. Peláez ha recriminado al alcalde que recurra a una cuestión de confianza «inédita» en Sevilla «para mayor vergüenza de este ayuntamiento», como «patada hacia adelante para colar por la puerta de atrás a unos presupuestos socialistas», diseñados para «agradar al PSOE» al objeto de buscar su apoyo o abstención.
«Alcalde marioneta»
Especialmente, le ha reprochado ser un «alcalde marioneta, teledirigido por San Telmo», donde el presidente de la Junta y líder del PP andaluz, Juanma Moreno, «no le deja pactar con quien las urnas le han pedido que pacte», en alusión a las conversaciones entre PP y Vox para un gobierno de coalición que los populares niegan. «Los sevillanos eligieron un gobierno de PP y Vox, un cambio real», ha opinado respecto al resultado de los comicios municipales de 2023.
Así, ha acusado a Sanz de tener «el Ayuntamiento sometido a los intereses de Moreno» y de no intentar «cambiar nada en Sevilla», porque su única clave es la de «perpetuar» en el cargo al presidente de la Junta y líder del PP andaluz. Eso sí, ha incluido el mensaje de que Vox sigue con «la mano tendida para el cambio en Sevilla».
El socialista Antonio Muñoz ha lamentado de su lado que Sanz insista en el «mantra de la pinza», alegando que el problema es que el Gobierno local del PP «no convence» ni tiene capacidad de «diálogo o negociación». Muñoz ha descartado una vez más que el PSOE vaya a participar en cualquier moción de censura y ha acusado al Gobierno local de «meter a la ciudad en un lío sin precedentes», reprochando a Sanz que incluso invitase a los partidos de oposición a ausentarse de este pleno si no estaban dispuestos a abstenerse ante la moción de confianza ligada al nuevo presupuesto.
Además, ha advertido de que Sanz se ha convertido en «una sucursal de San Telmo» en el Ayuntamiento de Sevilla, exponiendo que Moreno «le ha rectificado tres veces». «Quería pactar con la extrema derecha y le cogieron con el carrito de los helados», ha aseverado respecto a las citadas conversaciones con Vox negadas por el PP.
Y sobre todo, Muñoz ha defendido que Sanz no puede esgrimir el argumento de Sevilla está bloqueada, asegurando que el PSOE «ha sido generoso» y ha facilitado al Gobierno local la aprobación plenaria de actuaciones por importe de «46 millones de euros». Así, ha lamentado este «regate para aprobar los presupuestos por la puerta de atrás, por la gatera», por el mero hecho de que Sanz «no es capaz de pactar las cuentas ni por la izquierda ni por la derecha».
«Pinza unida»
Por el Grupo popular, Juan Bueno lamentaba la «pinza unida de la oposición monolítica», defendiendo que la cuestión de confianza es un mecanismo legal y que el PP recurre a ella por el «bloqueo de la oposición al unísono», idea en la que ha insistido.
Bueno ha defendido así las inversiones del presupuesto, desgranando varias de ellas, alegando que el PP aceptaba 15 de los 27 puntos propuestos por el PSOE y que Vox, partido al que ha rebautizado como «Nox»; ha «decidido que sin sillón no hay negociación».
Ha cerrado el debate el alcalde, avisando a Vox de que sus tres concejales cosechados en 2023 «no les hacen imprescindibles» para el gobierno de la ciudad y considerando que «la pinza está consolidada» y se «fortalece» en este pleno al votar contra la cuestión de confianza. En ese sentido, ha culpado a la oposición de que «la ciudad pierda 30 días» para contar con nuevas cuentas.