Andalucía…milenaria, lugar de encuentros donde conviven las tres culturas (la cristiana, la judía y la musulmana).
Comparto con Ortega y Gasset, que Andalucía es “ el único pueblo del occidente que permanece fiel a un ideal paradisiaco de la vida”. Además Ortega insistía en decir, que Andalucía embriagaba con “su Delicia” al áspero ímpetu del invasor.
Tartessos, fenicios, romanos, musulmanes y cristianos…tuvieron en Andalucía como capital del mundo. De emperadores a califas, de impulsores de la cultura integradora y creativa, de aventureros e inspiradores para conocer un nuevo mundo. Intelectuales, poetas, pintores, escritores, políticos…un océano de personajes comprometidos por una única forma de ver el mundo. Un espacio único donde el acento, la pasión, la esperanza, la libertad individual y colectiva, el respecto como elemento indivisible al derecho de cada pueblo, la defensa de la diferencia y la democracia…es la identidad de nuestra tierra que ha dado y dará siempre lo mejor a España y al mundo.
Mientras tanto, la otra España, la turbia y del NO-DO, deambula del Duque Lerma , válido de Felipe III, que se convirtió en el hombre más rico del país gracias a la especulación urbanística, cambiando de sede la capital de Madrid a Valladolid…y vuelta a Madrid en sólo seis años. Y cómo vemos estos últimos días la historia se repite, ahora con distintos personajes con la presidenta Ayuso y familia.
El referéndum del 28 de febrero fue el triunfo del pueblo andaluz por su autogobierno y convirtió de nuevo a nuestra tierra en el mayor activo democrático en Europa y el Mundo. Conquistamos todos y cada uno de nuestros derechos en las urnas. Sin asaltos, usurpaciones, ni golpes de estado, frente a la derecha más reaccionaria y caciquil, vencimos democráticamente voto a voto.
No puedo olvidar que costó una vida, la del trabajador malagueño Manuel José García Caparrós, militante de comisiones obreras, asesinado el 4 de diciembre de 1977 en la manifestación por la Autonomía Plena. Este año su 45º aniversario sigue sin resolverse este trágico asesinato. Cómo vemos la historia nos demuestra que nada es fácil y que poca veces sale gratis. La construcción de la autonomía andaluza propició la mayor prosperidad económica y social en nuestra tierra…y costó la vida de un buen hombre joven y trabajador.
Nuestro autogobierno, tiene y debe de estar gestionado por los promotores y participantes que condujeron Andalucía a la victoria del de 28 febrero y a su Autonomía Plena.
No debemos permitir, ser espectadores mudos mientras se liquidan derechos en nuestra sanidad publica, en nuestra educación publica, en nuestras libertades civiles y en aquellos derechos sociales básicos sobre el empleo, la incorporación de la mujer, la vivienda digna, el equilibrio sostenible…y nuestro pulmón como Doñana. Estamos gobernados, por los nietos, por los herederos del sistema caciquil y clientelar que vertebro la dictadura franquista, el tridente de PP-CS-VOX.
Por ello “viva Andalucía, viva” dejemos de ser la “bella durmiente” y que con toda lucidez despertemos nuestras conciencias para “volver a ser lo que fuimos”… y nunca convertirnos en lo que nos recordaba Antonio Gala “la sociedad que ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro”