La Diputación de Granada, a través de su presidente, Francis Rodríguez, ha comunicado el futuro nombramiento de Ana Orantes como Hija Predilecta de la Provincia de Granada a título póstumo durante un emotivo acto en el que su hija, Raquel Orantes, ha sido la encargada de leer el manifiesto contra la Violencia hacia las Mujeres aprobado en pleno como declaración institucional de toda la Corporación Provincial.
Este nombramiento representa la reivindicación de la memoria de todas las víctimas y el compromiso activo de la Diputación en la lucha contra las diversas formas de violencia de género que persisten en la sociedad.
El futuro nombramiento de Ana Orantes como Hija Predilecta de Granada representa un reconocimiento a su memoria y un gesto que destaca su legado en la lucha contra la violencia de género.
Por su parte, Raquel Orantes, ha destacado la importancia de reconocer las señales que pueden indicar un maltrato durante la lectura del manifiesto contra la Violencia hacia las Mujeres, señalando que “junto con la respuesta institucional y las organizaciones de mujeres, se necesita el apoyo de las personas que forman parte del entorno cercano de las víctimas, que suelen conocer si una mujer sufre violencia de género. Su intervención es esencial para que pueda salir de ella”.
Además del manifiesto, Raquel Orantes ha dedicado unas emotivas palabras a su madre durante la lectura de una carta dirigida a la misma, en la que ha confesando que “este año podrías cumplir 86 años. Pasan los años pero que cada vez te siento más presente y que la añoranza en ocasiones me acongoja. Te prometo que mientras viva no dejaré que tu memoria muera”.
«Quiso aprender porque quería estampar su firma en el DNI» para que no le «emborronaran el dedo con aquella tinta que además de mancharle la piel, le manchaba el alma y su orgullo», ha añadido la hija de Ana Orantes, que siempre quiso «dejar su huella» como un mensaje de «aquí estoy» y «existo aunque me anulen».
El manifiesto hace hincapié en que el número de víctimas asesinadas en lo que va de año ya supera la cifra de 50 mujeres en 2022, «presagio de un fatídico» 2023. También llama la atención sobre «el discurso de odio misógino» que se extiende por Internet, y en las prácticas crecientes de «pornografía de venganza» o «coerción sexual por depredadores».
«La perduración de determinadas tradiciones en la sociedad rural propicia un mayor grado de normalización y dificultad en el reconocimiento de las conductas machistas, lo que limita las denuncias. A ello hay que sumar otros factores como aislamiento y dispersión de los recursos, la ausencia de anonimato, el miedo al estigma, a ser señaladas y culpabilizadas. Todo nos lleva a considerar que, en las zonas rurales, las mujeres víctimas de la violencia de género, tienen mayores dificultades para salir de la violencia y recuperar su vida», agrega.
A preguntas de los periodistas, Raquel Orantes ha llamado a reforzar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que ha indicado que «está un poco resquebrajado» y hace necesario «volver a unir filas», apostando también por la educación en valores y el apuntalamiento de la sensibilización en las nuevas generaciones.
Ser víctima conlleva «días malos» y «muy malos», ha señalado Orantes, recordando que, en el momento del asesinato de su madre, ella y sus hermanos se sintieron «muy desemparados«, sin medios económicos ni psicológicos, y teniendo que oír que un ministro dijera que era «un caso aislado».
Por eso ha llamado a la necesidad de reforzar la protección del entorno de la víctima y que la sociedad les muestre su apoyo, siempre con el «legado», la «memoria» y el «referente» que significa Ana Orantes.
El acto ha concluido con un minuto de silencio en solidaridad con todas las víctimas de la violencia machista, reafirmando así el empeño colectivo en la erradicación de estas conductas.