Fran Hervías da un portazo en la cara a Arrimadas y la militancia de Ciudadanos y se pasa al Partido Popular
Ayer noches saltaba en redes sociales y esta mañana en los medios, la última jugada de Fran Hervías para continuar viviendo de la política. El que fuera Secretario de Organización de Ciudadanos, conocido como «el lobo» por su capacidad para encontrar, perseguir, acosar y eliminar toda disidencia y crítica interna en los tiempos del Ciudadanos de Albert Rivera. En su haber tiene el orgullo de haber fomentando una de las estructuras mas rígidas, verticales y de pensamiento único que se haya visto en la política española en los últimos.
Dicho hacer, le valió ser la mano derecha -nunca mejor dicho- de Rivera y unos resultados electorales bastante aceptables. Sin embargo, como pasa con todo los dictadores -véase a Julio Cesar- y las cosas que crean, provocan tal crispación que suelen tener un final cruento y sus grandes logros acaban convertidos en polvo. Bien podría aplicarse al derrotero que su labor ha tomado en Ciudadanos. De ser primera fuerza política en Cataluña y una importante fuerza en el Congreso de los Diputados, a ser poco más que un cero a la izquierda, o más bien a la derecha.
Merito suyo fue la conversión a la derecha del partido liberal, los pactos con la extrema-derecha de VOX en toda la geografía española y las consecuencias electorales que todo ello tuvo hasta la práctica desaparición. En resumidas cuentas, crear un proyecto mesurado y de centro y seguidamente destruirlo en las camas de la derecha y la extrema derecha.
El último de sus logros ha sido abrir la puerta a que los afiliados y cargos de ciudadanos se pasen al Partido Popular. Después de haber mantenido en la presidencia de la Región de Murcia a Fernando López Miras, un popular más con sospechas de corrupción en su gestión, frustrando la moción de censura que había presentado Ciudadanos con el apoyo del PSOE. De hecho, el periódico El Español ha afirmado lo siguiente «la conspiración rebasa sobremanera las fronteras de esta Comunidad y tiene como fin último un multitudinario desembarco en el PP de miembros de la formación liberal. ¿A cambio de qué? De puestos en las listas y de cargos». En otras palabras, mercantilizar la política por mantenerse en el poder y con el sueldo.
Una ristra de cadáveres políticos, enchufes de amigos y conocidos y mantener la corrupción en Murcia. Todo lo contrario a lo que defendió durante años.
Las tragaderas ideológicas y educacionales de Fran Hervías son dignas de escribir un libro de la psicología del cambio -o el recambio, según se mire-. Durante la campaña de las ultimas elecciones en Andalucía defendió eliminar a todos los enchufados para seguidamente enchufar en el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) a su cuñado Javier Millán Salmerón y a su amigo Exequiel Marón Gonzalez. Fuentes del partido siempre han asegurado que ninguno de los dos tenia una vida laboral vinculada a la gestión publica, ni la carrera terminada al acceder al puesto.
Incluso se ha llegado a hablar abiertamente desde Ciudadanos que David Morales Zamora, actual director del IAJ, tenia pensado y presentado un equipo diferente pero que tras las maniobras de Hervías, con el beneplácito y apoyo de la Consejera de Igualdad, Rocio Ruiz, se impuso a su cuñado y a su amigo. Todas estas maniobras, según afirman fuentes internas, teñidas con grabaciones, espionaje y traiciones entre los mas jóvenes de C´s por un puesto político, suponemos que de todo se aprende. Triste el final de ambos jovencitos, pues en la siguiente guerra civil naranja se les corto la cabeza a ambos.
Una de los brazos ejecutoras en Andalucía fue la amiga intima de la mujer de Hervías, Mar Hormigo León, exsecretaría de Organización de Ciudadanos Andalucía y actual diputada en el Parlamento de Andalucía. No sin antes haber pasado un par de días por el Senado con su amiga Amelia Velázquez Guevara, actual concejal del Ayuntamiento de Sevilla. El modo de actuación de Mar Hormigo imito y casi supero al de su señor Fran Hervías, llevando al partido naranja en Andalucía a una suerte de gestoras inconexas sin capacidad de acción política ninguna. Actualmente, se encuentra totalmente arrinconada en el Parlamento de Andalucía y sin capacidad de maniobra interna ninguna al ser desposeída de todos su poder interno y orgánico en la ultima guerra civil interna.
Un puesto de Adjunta en el Defensor del Pueblo y un conflicto de intereses.
Indudablemente si había colocado a su cuñado, Javier Millán Salmerón, y a su amigo, Exequiel Marín Gonzalez, no iba a ser menos con su propia mujer, Virginia Millán Salmerón. Tampoco iba a enchufarla en cualquier lugar, tras haber perdido su escaño en el Congreso de los Diputados en la nefasta segunda vuelta donde Ciudadanos -donde aún era Secretario de Organización y miembro privilegiado de su ejecutiva- perdiera un total de 47 escaños y alrededor de 3 millones de votos.
El caso de Virginia Millán Salmerón -más conocida como la Duquesa por sus detractores internos- es paradigmático. De pasante en un despacho de abogados a Diputada Nacional en el Congreso de los Diputados y finalmente, Adjunta del Defensor del Pueblo Andaluz por Ciudadanos. Es en este último puesto en el que la nueva situación de su marido podría llegar a generar un conflicto de intereses, dado que la misión de los Adjuntos del Defensor, según el artículo 8 de la Ley 9/1983, de 1 de diciembre, del Defensor del Pueblo Andaluz es auxiliar al Defensor «en el ejercicio de las funciones».
¿Por qué el conflicto de intereses? Si Fran Hervías ha sido el muñidor del fracaso de la moción de censura en Murcia. Influenciando en tres diputados tránsfugas con quien no tienen relación directa y diaria con él para favorecer al Partido Popular, que no conseguirá hacer con quien convive con él a diario. Sin duda, esta es una cuestión que el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu Gregorio de Tejada, debería de plantearse en orden a mantener la neutralidad de su institución.