Como era previsible después de la salida del Gobierno de España de Nadia Calviño para presidir el Banco Europeo de Inversiones, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha elegido a María Jesús Montero para ocupar el puesto de vicepresidenta primera del Gobierno.
María Jesús Montero seguirá siendo ministra de Hacienda en el Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, pero dejará de asumir la cartera de Función Pública, que pasará al Ministerio de Transformación Digital, dirigido por José Luis Escrivá.
Además, Montero pasará de la vicepresidencia cuarta del Ejecutivo a la vicepresidencia primera. Desde esta posición, será la encargada de coordinar la política económica del Gobierno y tendrá que presidir los consejos de ministros en ausencia del presidente Pedro Sánchez.
Por su parte, el hasta ahora secretario general del Tesoro Público y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo, sucederá en el cargo a la ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño, tras su nombramiento como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Calviño tomará posesión de su cargo al frente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) el próximo 1 de enero de 2024, por lo que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha decidido designar a su sustituto este viernes, antes de que finalice el año.
«Ya he comunicado esta decisión al jefe del Estado», ha asegurado el presidente del Gobierno en una declaración institucional realizada desde Moncloa para comunicar los cambios en el Ejecutivo.
Montero, vicepresidenta
El nombramiento de Montero «implica la desaparición de la vicepresidencia cuarta y, por lo tanto, tres mujeres ocuparán las tres vicepresidencias del Gobierno», ha explicado el presidente del Gobierno en una declaración institucional desde La Moncloa para explicar los cambios en el Ejecutivo.
Montero, actual vicesecretaria general del PSOE y una de las artífices de los acuerdos de Gobierno entre los socialistas y los demás partidos, ha ocupado el cargo de ministra de Hacienda desde 2018. A lo largo de estos años ha compatibilizado este puesto asumiendo también el cargo de portavoz de Gobierno (enero 2020-julio 2021) y la rama de Función Pública (julio 2021-actualidad).
En esta nueva legislatura, Sánchez decidió mantener a Montero como ministra de Hacienda y Función Pública y además la ascendió a vicepresidenta cuarta. Ahora pasará a ocupar el cargo de vicepresidenta primera.
Es licenciada en Medicina y Cirugía y máster en Gestión Hospitalaria por la Escuela de Negocios EADA, ostentó la cartera de Hacienda y Administración Pública en la Junta de Andalucía desde 2013, departamento al que llegó tras pasar nueve años al frente de la Consejería de Salud, a la que accedió en 2004 de la mano de Manuel Chaves.
A este cargo accedió tras ejercer desde 2002 como viceconsejera del mismo departamento. Anteriormente, fue subdirectora médica del Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla entre 1995 y 1998. En este año se incorporó al complejo sanitario Virgen del Rocío de la misma ciudad, primero como subdirectora médica y posteriormente como subdirectora gerente.
Al margen de su trayectoria en el ámbito sanitario, María Jesús Montero fue presidenta de la Comisión de Marginación del Consejo de la Juventud de Andalucía entre 1986 y 1988, y posteriormente secretaria general del mismo hasta 1990. Desde 2008 y hasta su nombramiento como ministra fue parlamentaria por Sevilla en la Cámara autonómica.
Retos inmediatos
El presidente del Gobierno ha destacado que los «logros económicos, así como el refuerzo del estado del bienestar compatible con las políticas de consolidación fiscal que viene realizando el Ejecutivo no habrían sido posibles sin el «intenso y brillante trabajo» que María Jesús Montero viene realizando en el Ministerio de Hacienda desde que entró a formar parte en el Gobierno en junio del año 2018.
La tarea más inmediata de la que tendrá que encargarse será la elaboración y presentación del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2024. Ante un arco parlamentario tan fragmentado, tendrá que esforzarse por recabar los apoyos suficientes para que, por cuarto año consecutivo, puedan ver la luz unas nuevas cuentas públicas en España.
Además, desde Hacienda, tendrá que acometer, después de tres años de reglas fiscales suspendidas, la reducción del déficit y de la deuda pública, que supera el 100% del PIB después de las medidas adoptadas por el Covid o la guerra de Ucrania.