Mañana jueves 8 de junio están citados a las 12 horas Francisco Javier García, conocido como El Cuco y condenado por encubrir en 2009 el asesinato de la joven hispalense Marta del Castillo; además de su madre por parte del Juzgado de lo Penal número siete de Sevilla.
El motivo de la citación es para la notificación de la sentencia del juicio que se celebró los pasados días 26 y 27 de mayo por presunto falso testimonio en sus comparecencias como testigos en el juicio celebrado en 2011 dentro del caso Marta del Castillo.
En la primera sesión del juicio, madre e hijo reconocieron los hechos contenidos en el escrito de acusación de la Fiscalía. Al negarse a contestar a las preguntas, la abogada que representa a los padres de Marta del Castillo, Inmaculada Torres, avisaba que los acusados incurrían en un «reconocimiento a medias, sin citar nada», con lo que vuelven a «burlarse de la Justicia» y la familia de la víctima.
Para la letrada de la familia de la desaparecida Marta del Castillo, se trata de “un delito contra la integridad moral como el de (Miguel) Carcaño». Esas palabras las decía en alusión a la decisión del Supremo de incrementar la condena inicial al autor del crimen por provocar más dolor a la familia de Marta del Castillo a través de las diferentes versiones alegadas respecto a los hechos en cuestión.
Así, la abogada de los padres pedía al tribunal que deduzca testimonio contra el Cuco y su madre al «volver a incrementar su dolor» con su actitud, con la que habrían «ocultado los detalles necesarios para encontrar a Marta» pese a haber reconocido su «participación».
La segunda y última sesión del juicio, recordémoslo, contó especialmente con la comparecencia como testigos de los padres de Marta del Castillo, Antonio del Castillo y Eva Casanueva.
Se trata de las dos únicas personas que testificaron en la vista, pues tras reconocer los acusados los hechos contenidos en el escrito de acusación de la Fiscalía, sus abogados defensores solicitaron desistir de las pruebas testificales y avanzar directamente hacia la fase del juicio correspondiente a las conclusiones definitivas y los informes finales.
La juez accedió a tal extremo, si bien tras las insistentes peticiones de la abogada de los padres, accedió a que los mismos testificasen pero sólo con relación al «daño moral» sufrido. Fruto de ello, en cualquier caso, finalmente no compareció como testigo Miguel Carcaño.
A la hora de testificar, Eva Casanueva destacó la «humillación» que siente, junto con mucho «dolor y pena», considerando que los acusados llevan «13 años riéndose» de su familia y «continúan burlándose, amparados en la Justicia». «Por culpa de tantas mentiras, no hemos podido encontrar a mi hija», aseveraba respecto al hecho de que jamás haya sido localizado el cadáver de la víctima.
Antonio del Castillo también señalaba que se siente víctima de una situación «humillante», algo parecido a que le hubiesen «arrastrado por la calle» al llevar ya «13 años sabiendo que mienten».
«Han reconocido los hechos pero no se han expresado» sobre los mismos, enfatizaba, considerando que al negarse a aceptar preguntas, el Cuco y su madre han «impedido llegar a una conclusión» sobre lo acontecido.
«Con esas mentiras, han trastocado la sentencia», señalaba respecto a la sentencia que condena a Carcaño como autor del crimen pero absuelve al resto de los adultos acusados por el mismo, en concreto a Samuel Benítez, al hermano de Miguel, Francisco Javier Delgado, y a la pareja de este último, María García.
Al no admitir el Cuco y su madre preguntas y no testificar finalmente Miguel Carcaño, según Antonio del Castillo, a la familia de la víctima se le ha «quitado la posibilidad o resquicio» que tenía para intentar esclarecer los hechos y el paradero del cadáver.
Ya en la fase de conclusiones, la fiscal ratificaba su petición de ocho meses de cárcel y multas de 1.500 euros para cada uno de los acusados, mientras la abogada de los padres de Marta del Castillo confirmaba su solicitud de dos años de prisión y multas de 1.800 euros, elevando eso sí a 25.000 euros su petición de indemnización por el daño moral sufrido, dada la «actitud» mostrada por los acusados.
La defensa del Cuco, ejercida por el abogado Agustín Martínez Becerra, pedía la absolución, reclamando aplicar la atenuante de dilaciones indebidas, y subsidiariamente un mes y 15 días de cárcel; conclusiones a las que unía Rafael Ramírez-García del Junco, abogado de la madre del Cuco, agregando la atenuante adicional de confesión tardía.
En cuanto a los informes finales, la fiscal consideraba acreditado que el cuco «mintió» cuando en 2011 testificó en el juicio contra los adultos que la tarde o noche del 24 de enero de 2009 no estuvo en el piso de la calle León XIII escena del crimen, considerando que «mintió para no perjudicarse a sí mismo», pese a que como testigo estaba «obligado a decir la verdad», sobre todo cuando ya estaba declarada «firme y notificada» la sentencia de la Audiencia de Sevilla que ratificaba su condena por encubrimiento a manos de un juzgado de menores, que de otro lado le absolvía de los delitos de agresión sexual y asesinato.
«No cabía la posibilidad de que lo que dijese en el juicio le perjudicase», aseveraba, considerando que su madre testificó también de manera «mendaz» totalmente «a sabiendas» de lo que hacía.
Sus falsos testimonios, según la fiscal, condujeron al tribunal encargado del juicio a los adultos a «un convencimiento erróneo, sobre cuya base se dictó la sentencia«, saldada con la condena de Carcaño y la absolución del resto de acusados.
La abogada de la familia, como se ha señalado, reclamaba deducir testimonio contra los dos acusados por un presunto delito contra la integridad moral, considerando que su falso testimonio «influyó» en la sentencia del juicio de 2011 y «pudo haber provocado» la absolución de tres de los acusados.
La defensa del Cuco, de su lado, negaba cualquier «afección a la sentencia» del juicio de 2011, «firme e incontrovertible», avisando que el tribunal del mismo «no creyó» a su defendido y aseverando que la acusación particular había intentado en este juicio lograr «intereses» ajenos al mismo y «no ajustados a derecho».
«Este es un juicio por falso testimonio, no para saber el contenido de la mentira ni si de esa mentira se va a decir ahora la verdad», argumentaba, avisando de un «juicio instrumental». El abogado de la madre del Cuco secundaba esa tesis, asegurando que a los abogados defensores les «duele la boca» de decir a los acusados que «si saben algo del cuerpo (de Marta), lo digan».
Incluso argumentó que el Cuco no tendría ya «nada que perder» en revelar algo si lo supiese, pues ya está condenado en firme y ante la sociedad pasaría «de ser el enemigo público número, a un héroe».