El techo de Milei
El pasado domingo de octubre tuvo lugar la votación de la primera vuelta de las elecciones argentinas y, ante la sorpresa general de la población, a diferencia de los resultados de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) que favorecieron al candidato Javier Milei, el peronista Sérgio Massa resultó vencedor.
Si bien la tasa de abstención de la población ha disminuido (74% en la primera vuelta, frente a 69% en las primarias), muchas opiniones indican que Javier Milei ha tocado techo, ya que desde las primarias de agosto de este año mantiene su porcentaje estabilizado (alrededor del 30 %). Por tanto, está claro que el aumento de la participación poblacional fue movilizado por el peronismo.
El peronismo de Massa
En las provincias argentinas, la fortaleza de la estructura peronista es visible elección tras elección, no sólo a nivel federal. Las fundaciones peronistas, enfocadas en la construcción de políticas sociolaborales fuertes, conectan de forma más estrecha con la población argentina en situación de pobreza.
La figura de Massa no se aleja del todo de un gobierno que la población teme pero, a su vez, conecta con la esencia peronista y se hace con el carisma de sus propuestas. Se trata de un liderazgo personal algo alejado de los movimientos políticos, dado que en 2015 el candidato postuló a la presidencia contra el peronismo.
Las elecciones argentinas de 2023
Es evidente que la población argentina ya no aceptará al frente macrista en su gobierno, y la derrota de Patricia Bullrich en la primera vuelta lo demostró. Sin embargo, lo sorprendente en los resultados de la primera votación fue la victoria de Sérgio Massa, con el 36,68% de los votos, frente al entonces favorito de las primarias, Javier Milei, con el 29,98% de los votos.
Las inesperados resultados que contravienen los de las PASO nos lleva a considerar, ¿realmente los votantes de Patricia Bullrich se sumarán a Milei, como dicen los expertos? Es cierto que Macri tiene afinidad con el candidato, pero el gran vuelco de Massa en la primera vuelta deja en el aire dudas sobre quién ganará las elecciones definitivamente.