Si Gurb, el extraterrestre protagonista de la novela de Eduardo Mendoza, aterrizara nuevamente en nuestro país, con toda seguridad quedaría igual de sorprendido por el comportamiento humano que en el año 1991. Probablemente, inmerso en una nueva sociedad en la que los ecos de la crispación política resuenan mediáticamente de forma machacona, se preguntaría por una de las grandes protagonistas de la actualidad informativa: ETA.
Sin duda, al profundizar en la información, Gurb descubriría pronto que las siglas responden al nombre de una banda terrorista ya extinta que asesinó por última vez hace catorce años. Quizás entonces, al simpático alienígena le surgiría esa duda que debiera interpelarnos a todos y que tiene que ver con la anacrónica hiperpresencia de la organización criminal en el presente.
Euskadi Ta Askatasuna, ETA, asesinó por última vez en marzo del año 2010. Quienes hoy cursan 2º de ESO no han conocido el pánico y el terror que durante años, día a día, la banda sembró en nuestro país. La Historia de España ha quedado marcada para siempre por casi un millar de asesinatos, el dolor es incalculable y la herida jamás sanará del todo. En la memoria colectiva debe permanecer este terrible episodio. Pero, la intensidad con la que debemos recordarlo debe ser, además, similar al orgullo que deberíamos sentir por haber sido capaces de unirnos como sociedad y doblegar a los asesinos.
Hoy ETA ya no mata, ni siquiera existe. Quienes hicieron del terror y de la muerte un instrumento para conseguir sus objetivos políticos fueron obligados a asumir las reglas de la democracia, a entregar las armas y a competir electoralmente como el resto, con la palabra y los argumentos.
ETA ya no mata, pero una parte del contexto político se empeña en resucitarla estos días. Algunos insisten en dividirnos entre buenos y malos, en alejarnos de la férrea unión social que venció al terror, del pulso democrático que ganamos todos y del entonces llamado espíritu de Ermua, para atraparnos en las emociones más viscerales que nos apartan del pensamiento y de la razón que un día se impuso.